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May 13, 2021

#6 (temporada 1)

Marcos,

Hago ruidos cuando duermo, no me escucho pero sé que los hago, la gente que duerme cerca de mí me lo confirma. Puede que sea producto de la vegetación. También supe ser sonámbula, bajar escaleras dormida, modificar pesadillas, darme contra paredes y quedarme congelada en el marco de una puerta por horas. Cuando vivía con mi madre y Juan alguna vez me desperté y mientras dormían escuché que hacían ruidos, modulaciones, mantras. De día le pregunté a mamá qué era eso y me dijo que era nuestro lenguaje, que lo usábamos para comunicarnos en sueños. Siempre tenía una respuesta pintoresca que me dejaba creyendo, y luego dudando. Con ella aprendí a conectar y a sospechar de la facultad narrativa. Todo depende de dónde, cuándo, cómo y con quién me decía mamá una y otra vez en cualquier lugar y siempre con una solemnidad que me perturbaba.

A veces pienso que escribo porque cuando cumplí tres me regalaron un anillo que decía abc y todo lo que vino después llegó para justificar eso. Igual para mí es fácil sentirme este poema de Oliverio Girondo, un muñeco rígido e ingenioso hecho de palabras que sube y baja dentro de sí sin hallar nada. Esto se me ocurre por lo que decís de los mitos, la épica está muy ligada al territorio y el primer territorio es el cuerpo, y qué incómodo es a veces.

¿Cómo poner en crisis los mitos y discursos vigentes sin conectar con la facultad narrativa? Las ideas son realidades que se disputan en cuerpos. Leer es el reverso de escribir y viceversa. Construir una mirada y un lugar desde el que enunciar y leer es una emancipación dolorosa.

A. me escribió esto en un mail el otro día:

Siento los hábitos de mi cotidianidad contaminados involuntariamente.

No está acá pero la idea de él sí, es parte del asunto. Lo escucho circular por mi neurosis, estoy sola y en bombacha y lloré porque no entendía a Heidegger y Heidegger qué varón asqueroso y nazi pero yo quería entenderlo y yo quería saber otras cosas de la vida también y no las supe. No, sí estoy sola, estas son solo mis preocupaciones nocturnas pero yo siento que alguien las puede tocar y mover y enchastrar en cualquier momento. El cuerpo es un burgués que en el confort no siente, me acuerdo. Quiero saber dónde dejé mi autosuficiencia falaz pero lo suficientemente impermeable. Escucho una comadreja gritando en el patio.

¿Y si ese ruido que hacés cuando dormís es tu canto de sirena?

Palabras, encuentros, mitos íntimos que son lecturas y traducciones de lo que sentimos ominoso. Narrar es la génesis de lo colectivo, y al final, supervivencia.

Con cariño,

Agustina.

Posdata: En el liceo me encantaba la materia dibujo, pasaba horas haciendo láminas en la clase y se podía escuchar música. Cuando apareció literatura me sentí estafada: ¿Por qué no íbamos a escribir?

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