#5 (temporada 2)
Marcos,
Mi experiencia onírica es diferente, en ella sí encuentro piedades. En distintos momentos se ha repetido la combinación medicinal de dormir y leer como descanso y relajación. La situación que narra tu lectura me cansa, tanto por el arte como el apartamento y los estupefacientes. Puede que yo también sea un poco pacata y nihilista, pero también reconozco que me puedo llevar al límite con prácticas en apariencia inocentes. Leer y soñar puede ser equivalente a un mal viaje o a una prueba de alto riesgo según la dosis.
Me pregunto quién está ahí para y con la protagonista, me pregunto quién está para nosotres en las hazañas de no hacer o hacer cosas que no sirven para nada. Cada vez quiero estar más presente, tranquila, con personas, animales y plantas, en una intensidad periférica lejos de todo tipo de objetivo, ya sea en danza o quietud.
Si pudiera elegir sería enteramente lesbiana, o incluso asexual. Me perturba el dominio romántico, la hipersexualización. La heteronorma está lejos de incrementar las potencias que me interesan. De todas formas culpa no tengo, hallo un valor en que también erotice la ausencia, la diferencia e incluso lo establecido. Creo que lo que más me interesa es la amistad entre mujeres y la masturbación. ¿Esta correspondencia es un gesto heterosexual?
[Poema de Gabriela Escobar en Devotas, Fardo, 2021]
A veces pienso que todo lo que comparto con varones podría compartirlo con mujeres. Ahí sí me siento en una especie de falta, pero no me sale el separatismo, y la fidelidad la tengo en lo que me surge. En cuanto al desenamoramiento y el dolor, hay unos versos de Ezra Pound que cada tanto aparecen como mantras:
Lo que bien amas perdura,
Lo demás es escoria
De lo que bien amas no te privarán.
Lo que bien amas es tu herencia verdadera.
Estos versos me calman y me hicieron formular una pregunta que agradezco: ¿cómo se ama bien? Creo que lograrlo es más simple sin enamoramiento. Cuando este se va, de no optar por cultivar un cementerio vincular, hay que recomponer y recomponerse con un material más perdurable y orgánico. No sé cuál podría ser este, probablemente no exista y estemos en proceso de generarlo.
Antes mi himno era No me arrepiento de este amor, de Gilda. Ahora me siento más próxima a En el amor todo es empezar, de Raffaella Carrà:
Ah ah ah ah en el amor todo es empezar
ah ah ah ah en el amor todo es empezar.
Si él te lleva a un sitio oscuro
que no te asuste la oscuridad,
pues casi nunca se está seguro
si es por amor o por algo más.
Ah ah ah ah en el amor todo es empezar
ah ah ah ah en el amor todo es empezar.
Pd. No puedo creer que se me pasó enviar esto a las 17, la vida está intensa