Circular 04
En la anterior Circular me solté la melena con mi doctorado y como veo que no hubo bajas ni dramas hoy vengo con varias preguntas y pocas respuestas. Y es que llevo algo de tiempo dándole vueltas a un problema de semántica con los libros de mi padre. Mi padre, ya retirado, sigue investigando y sigue por tanto, invirtiendo en libros. La colección es extensa y variada. A lo largo de los años ha estudiado matemáticas, lingüística, química, física, ética y filosofía, historia de la ciencia y otras disciplinas que se me escapan, como mecánica cuántica y geometría diferencial. A primera vista se podría decir que se trata de una colección de libros de temas dispares, casi arbitrarios, y sin embargo es una colección precisa, moldeada en torno a su pensamiento y, que al mismo tiempo, se ha convertido en su propio reflejo.
Mientras observo los libros, sus cubiertas, sus lomos, me pregunto qué hace falta para que un grupo de libros ser convierta en algo más, ¿en una biblioteca? ¿es el espacio? ¿o es la intención de quién los consulta? ¿hace falta la mano experta de una archivera que le adjudique el nombre? ¿o basta con ser, reconozcámoslo, un poco pedante y decir en «mi biblioteca» se puede encontrar de todo? ¿Es por tanto, un mero problema de semántica ¿o hay algo más? Estaba dándole vueltas a todo esto cuando he visto un video que circula estos días por Internet de Umberto Eco en su biblioteca personal y me doy cuenta de que no es cuestión de semántica sino de tamaño.
Sin más preámbulos os dejo con los temas de este número (dos cortos y uno largo) y la reseña del libro, por falta de tiempo esta vez no hay extra no tipográfico.
Una de romanos, Hispania epigráfica
Hace tiempo que tengo un ojo puesto en la web Hispania Epigráfica, un proyecto de la Universidad Complutense de Madrid (lo explican aquí). Es una base de datos de inscripciones romano-visigodas en la península ibérica (en total 30.824 entradas), muchas de ellas con foto. Las búsquedas no son muy amables y la calidad de las imágenes es variable, pero aún así merece la pena. He buscado imágenes de Segóbriga, un asentamiento romano en Cuenca, cerca del pueblo de uno de mis abuelos, Carrascosa del Campo. Se pueden ver piezas como este epitafio, esta pieza sin clasificar o este resto de inscripción —que tiemble Trajano—, o esta intrigante inscripción (hay que pinchar en la imagen para verlas algo más grande). Con un poco de paciencia y afinando las búsquedas estoy segura de que se pueden encontrar piezas cuanto menos interesantes.
Para los valientes hay una base de datos de la Heidelberg Academy of Sciences and Humanities, que cubre mucha más superficie del imperio romano. Aunque a interfaz algo compleja, creo que ofrece mejores resultados. En este caso las imágenes tiene mejor calidad, por ejemplo, esta inscripción de Tarraco, o esta inscripción de Segóbriga, y parece que están bajo una licencia Creative Commons.
Una de rusos, Mir editorial
Cómo estoy en casa de mis padres hasta nueva orden he estado echando un vistazo a los libros de mi padre. No son los de Umberto Eco, pero también tiene libros interesantes. Me llamó la atención una de serie en particular. Al abrirlos mi sorpresa fue mayúscula al encontrarme una casa rusa, la editorial Mir junto a un sello de la editorial-librería Rubiños, de Madrid. Demasiado tentador para dejarlo correr. (Cómo esta pieza tiene muchos enlaces os los dejo todos abajo, en plan ristra).
La editorial Mir es una de las editoriales estatales rusas que montaron los soviets en los años 40 y 50. Por un lado su misión era culturizar el pueblo soviético, miles y miles de libros rusos para sus ciudadanos. Por otro lado, estas editoriales estatales traducían la cultura y el conocimiento ruso a otros idiomas, exportando los valores nacionales a otros países. Una herramienta perfecta para compartir conocimiento y propaganda. Según el pie de imprenta los libros se traducían e imprimían en Rusia. Aunque Mir estaba especializada en literatura técnica y científica, que son los que yo encontré en casa, también editaron otro tipo de libros. Como estaba claro que esto no era abarcable con un par de búsquedas, pregunté a los que saben más. Jose María Cerezo me encaminó hacia el blog de Josep Mengual, Negritas y cursivas, una fuente de sabiduría edición en castellano del siglo XX. Ahí entendí la relación entre la librería madrileña, Rubiños y los rusos. Antonio Rubiños, de la saga de editores y libreros desde el siglo XVIII, realizó su primer viaje a Rusia en 1960. Llegó a ir 37 veces, en plena dictadura franquista y estableció una relación directa en forma de libros, revistas y suscripciones, que ellos traían, co-editaban y vendían.
Por otro lado contacté con Vera Evstafieva, diseñadora de tipos moscovita pero afincada en Cambridge, que con mucho entusiasmo y generosidad ha situado el otro contexto, el ruso. No voy a entrar en la parte de ideología soviética y su relación con la cultura y los libros, ¡no cabría! Pero si cabe destacar algunos detalles, efectivamente, se imprimieron cientos y miles de libros con el objetivo de fomentar el conocimiento en la población, que se trataron algunos países con intereses con un trato especial, como la India, y que los libros para niños fueron un punto clave. De ahí se entiende, al ver los libros en pdf que se han escaneado y libremente compartido en archive.org, la cantidad de libros en hindi y télugu por ejemplo. Los libros para niños, comenta Vera, estaban muy bien ilustrados, la calidad de impresión variaba enormemente, algunas eran ediciones baratas y otras eran de más calidad. La atención recaía en la ilustración y la rotulación y no tanto en la tipografía, esto se puede apreciar en esos pdfs, las cubiertas son mucho más interesantes que las páginas interiores. La caída de la era soviética supuso el fin de las editoriales estatales y de todo lo que suponían. Las editoriales como Mir continuaron durante años, pero ya nada sería lo mismo.
Este tema da para mucho más, pero voy a dejarlo aquí, en puntos suspensivos. Os dejo aquí abajo los enlaces del texto:
Libros de la Editorial Mir en la colección de mi padre.
Ediciones Mir escaneadas en Archive.org, ¡qué portadas!
Para que no tengais que mirar uno por uno os selecciono algunos: The first hunt, un libro infantil en télugu; maravillosas ilustraciones en el libro The adventures of Pencil and Screw Bolt; ilustración y rotulación en portada maravillosa en Adventures Of Captain Wrungel; A picture book of astronomy, para echar la tarde leyendo y mirando. <\p>
El blog de Josep Mengual, Negritas y cursivas, y su artículo «Ediciones Rusas en España». <\p>
Sobre Antonio Rubiños: un artículo en El País, de 1998, y una entrevista de 2002 en la web Estación Mir.
Una de hotdogs, The Sign Project
Para terminar algo más liviano. The Sign Project: that hotdog makes a statement es un proyecto de Sarah Ginsburg de agosto 2019, un documental cortito que muestra a Dave Hebb, un arqueólogo comercial (un término más que se suma a patrimonio gráfico, memoria gráfica y arqueología industrial) que desde 2012 se dedica a buscar rótulos de Signtronix. Signtronix es una empresa de California que lleva produciendo rótulos desde 1963. Este video en concreto me atrapa por el meta-contenido, no solo me fascina la historia de los rótulos, su historia y significado comercial y social, sino la historia de Dave, el arqueólogo comercial que deambula por las calles de Boston en busca de rótulos. Según la web de Sarah Ginsburg este es el primero de una serie de documentales, también se ha propuesto crear un archivo fotográfico con imágenes de los rótulos de Signtronix así como un mapa interactivo.
La reseña
El otro día me dio un arrebato y me compré El Abc de la tipografía de David Rault. Me lo quería leer, primero porque es un formato comic y segundo, porque cuenta la historia de la escritura/tipografía. El resultado ha sido bien en casi todo y un sabor ligeramente agridulce al final. Bien el libro como objeto, papel de alto volumen (son solo 128 páginas pero no lo parecen), se mantiene abierto —es lo mínimo que se le puede pedir a un comic—, bien la impresión, la encuadernación, ¡tiene guardas! Muy bien que cada capítulo lo realice un ilustrador diferente, le da mucho dinamismo. Es un libro perfecto para iniciados recientes de esta disciplina, puede ser el regalo perfecto para esos familiares intrigados en esto de las letras. La parte agridulce viene de echar de menos más diversidad de género y más diversidad cultural. 2020 es el año perfecto para hacer borrón y cuenta nueva y, que los libros y proyectos de 2021 en adelante sean inclusivos, interculturales e internacionalistas.
Por último, un añadido, ¿se acuerda alguien de la segunda Circular que nombraba al escritor francés George Perec? Hoy me encuentro con esta maravilla en Twitter, un enlace al sitio Garadinervi con portadas, fotos, entrevistas y mas cosillas, dedicado a Perec.
El cierre
Hasta aquí la cuarta Circular de tipografía escrita desde Algorta, Bizkaia, en la que he nombrado a mi padre mas de lo que había planeado. Tanto si la has disfrutado como si no puede responder a este correo con sugerencias, comentarios, recetas, abrazos o lo que te parezca adecuado. Sobretodo, gracias por leerla. Nos vemos en tres semanas.
Si has llegado hasta el final y aún tienes ganas de más puedes pasarte por mi blog Typethings o mis cuentas de Instagram y Twitter. Y por supuesto puedes compartirlo.
Si te llega la imagen de la cabecera la verás en Sisters, una fuente de Laura Meseguer distribuida por Type-Ø-Tones.