Cartas Epistolares

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May 14, 2024

Carta Epistolar 6. Un mundo lleno de belleza y de dolor.

Esta carta no fue escrita para todos ustedes, inicia con el nombre de alguien, y desarrolla al menos 5 páginas de anécdotas, de risas, de historias compartidas, y relatos melancólicos mezclados de dolor, belleza y amor, pero a ustedes les va a llegar solo un retazo de ella, que es mía y solo mía, pero indirectamente es de ustedes, porque.. quién no tiene daddy issues? Recuerdan que en una de las cartas pasadas planteé la pregunta de si el amor es egoísta? En este momento en mi vida el amor está siendo lo menos egoísta posible, y al mismo tiempo, lo más lindo y  doloroso del mundo, así que si me preguntan a mi, no, el amor no es egoísta, es a veces todo menos eso. 

El otro día en el taller hablé con Gus, porque yo lo necesitaba un poco, se lo dije pero tambiém él se dio cuenta, gracias Gus eso fue importante para mi, luego de charlar me dijo “te dejo esta canción que últimamente me está acompañando mucho” y me está acompañando a mi ahora, el poder del arte y de la música vió.

Sin más preámbulos acá les va:

Esto es una excusa, para escribir, para buscarle un lugar a las palabras, para que no solo estén enredadas en mi mente, para que no estén por todos lados como ovillo de lana en manos de un gato. El domingo me tomé un taxi, que me habló y me sacó charla, yo lo que menos quería hacer era hablar, a veces siento que la vida hace esas cosas, nos obliga a hacer y decir, cuando menos queremos, como para distraernos solo porque sí. Resulta que cuando pasé la tarjeta con el contacto me pidió el pin, y yo pensé que otra vez tenía un problema con la tarjeta de mierda, y puteé, el taxista me dijo que tranqui, que era un método de seguridad que saltaba a veces para que tengas que poner el pin nada más, que no me iba a volver a pasar por unos meses. Ojalá fuera tan fácil, poner el código de seguridad solo cada tanto, pa saber que todo está protegido, y no tener que volver a tocarlo por unos cuantos meses pensé, más no dije, le agradecí y entré a mi casa.

El domingo también fui a lo de papá, y la abuela está cada día más perdida, cada vez son menos los días buenos, y más los malos, el otro día se fue a lo de la vecina de la esquina, o sea literalmente en frente de casa, y caminó tres cuadras para el otro lado.. sola y sin celular, volvió xq le preguntó a alguien donde queda el grillito, entonces volvió al grillito y de ahí recordó cómo volver a casa, también, el día anterior, se fue tooodo el día a lo de una amiga sin avisarle a nadie (y sin celular, la suerte de su generación tiene que ver con el desapego tecnológico) y se olvidó que la iban a buscar sus compañeras de gimnasia para ir al teatro, por suerte llegó a tiempo y fue a ver el ballet, dice que estuvo impresionante, xq la abuela vuelve, y te mira y te pregunta ¿cómo estás mi negrita? ¿Cómo está tu mamá? y es como si la abuela no se hubiera ido a ningun lado, como si su cabeza siguiera acá, en el mundo de los mortales infelices. Ahí pienso en el texto de maru, una de mis compas de taller que el otro día llevó un texto donde decía “no se si me estoy volviendo cuerda o loca” y al final termina siendo lo mismo, nos podemos enloquecer de realidad, o nos podemos enloquecer de locura, a esta altura pienso que la locura es más divertida, y más disociativa, quizás pegue mejor en algunos momentos, vivir en delululand, ¿será que los locos son más felices? En fin, por la abuela estamos preocupados todos, pero nadie dice mucho más que “qué difícil es envejecer” y nos reímos y nos quejamos, xq son esas cosas gratis de la vida que tenemos al alcance. 

yo anduve medio pachucha, de ojos hinchados y ojeras grandotas, mi tía me mimó a su manera, qué difícil ser así, así de dura para algunas cosas, que difícil les hizo la vida mi abuelo, que duro. cuando volví a mi casa me mandó un mensaje, y me dejó pronta su casa, y las sabanas cambiadas, xq ella no va a estar, por si quiero ir y estar sola. “un mundo lleno de belleza y de dolor”. 

La estufa me mimó también, hacía calor, lo de papá se vuelve un sauna, es una cápsula alejada del frío del invierno, y está como pa andar de remera y short, la casa de mi padre es como un verano inventado. A la vuelta, en el auto, en nuestro ritual, ese ritual, el único que es nuestro del todo, ese espacio compartido, 30 o 40 minutos de camino, en un auto, sentados, el atrás del volante, yo en el asiento del acompañante, mirando hacia afuera, pensando; ese momento en el que solo se escuchan nuestras voces cantando las canciones que suenan a través del bluetooth del parlante del auto, ahí me animé a hablar con papá, no solo a contarle cómo me sentía yo, a decirle papá estoy triste, a mirarlo a los ojos y entender que él entendía, sin que tenga que decir nada, si no que también le dije “¿cómo estás vos?” y mi papá habló, para mi sorpresa, desde su lugar, con sus limitaciones, con su esfuerzo por salir de los monosílabos, mi papá me dijo “bien, bueno que se yo, mas o menos, hay días que mejor y días que peor” y entendí que a todos nos pasa igual. Me habló de sus dudas, de sus debates, de sus deseos, del dinero, del bienestar, de dónde poner la balanza, de mi hermana, de Miriam, su pareja, con la consciencia de lo difícil que es hablar con el, de mi abuela, y de él, mi papá me habló de él, y me dijo que probablemente él tuviera que hacer terapia también, que él también necesita ayuda a veces, y que no sabe qué hacer. 26 años, 26 años me llevó terminar de entender que mi padre es humano también, que mi papá siente, y que mi papá sufre, que mi papá me adora, y que no le gusta que el mundo me duela a mi también, 26 años me llevó a mi vencer el miedo de hablarle, pensando que no iba a haber una respuesta del otro lado, y hubo varias, eso también lo hace el dolor, porque si no fuera por el dolor, yo no le hubiera hablado a mi papá, yo necesitaba gritarle papá el mundo duele, y que el me diga, lo sé, y a mi también. No necesitaba saber que no pasa nada, que ya va a pasar, ni que todo va a estar bien, solo necesitaba saber que hay alguien del otro lado, que entiende. Cuando me bajé del auto lo abracé le dije que lo quería y le agradecí por haber hablado conmigo, el me dijo que también me quería, pero no con palabras, porque de esas no le salen tan fácil viste, ya había agotado el recurso antes.. ja, me dijo “cualquier cosa vos me llamas y yo vengo a buscarte”, mi papá no quiere dejarme, me quiere venir a buscar, eso fue suficiente, “un mundo lleno de belleza y de dolor”.

hay días que me gustaría creer en los finales felices, con jugo y croquetas de arroz, hay días que no encuentro esperanza, hay días que creo en todas las formas de amor, confío en ellas, hay días que no encuentro sentido a sufrir por amor, cuando el mundo es un duelo constante y gigante, cuando hay guerras, niños que se mueren, femicidios a cada rato, gente que se caga de hambre, injusticias y luchas de poder, capitalismo y patriarcado, dolor en todos los tamaños y contenedores que te imagines, esos días pierdo un poquito la fé, si es que la tengo, si es que confío en alguna fé, después me acuerdo que lo hago, y por más jipi que suene, es en el amor y en las palabras (obvio), esa es la fé que me sigue, es la que me defiende, es la capa que me pongo en la espalda, cuando no entiendo, xq aunque arda por dentro, aunque pique, aunque ahueque, aunque sangre, y aunque llore, todo eso es mejor a no sentirlo, a no conocerlo, a no defenderlo, a no acomodarlo como trinchera del alma.

que les duele? que aprendieron de ese dolor? (puede ser algo grande o chiquito, como el dedito meñique del pie contra un mueble) (es anónimo)


Doler?

No es mi idea bajonear a nadie, al contrario, creo que a veces compartir el dolor nos sana mucho más que sentirlo solos, eso me dijo tefa hoy, y la mayoría de las veces, las amigas tienen razón.

La vida es complicada, triste y difícil, pero linda linda, y la mayor parte de la belleza se aloja en la tristeza y tiene cara de cotidianeidad.

no se olviden,

the moon rising over a body of water

les abrazo.

ro <3.

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