Carta Epistolar 3.
Buenos días, tardes, noches
¿Cómo estamos? Bienvenidxs a un nuevo capítulo de mi diario intimo, ahre. La realidad es que tengo esta cuestión medio abandonadita, estoy haciendo muchas cosas y tengo poco tiempo pa dedicarle, pero sobre todo es porque mis intenciones para la siguiente carta eran plantear un temita de la dicotomía del amor, y hablar un poco de si el amor es egoísta. He estado juntando opiniones, con algunxs de uds ya hablé del tema, pero ando recogiendo opiniones y reflexionando bastante al respecto, también he estado leyendo sobre el tema, escuchando cosas etc, re estudiando yo pa la próxima carta, na pero fuera de joda es algo que me estoy tomando con seriedad xq me mueve y me resuena así que: desde ya estoy muy agradecida si me comentan lo que piensan. La pregunta es esa ¿el amor es egoísta? hay un montonazo de cosas que requiere la pregunta, cómo definir qué es el amor, que es el egoísmo, de que tipo de amor hablamos, todo bastante subjetivo y blablabla, pero laburen uds, ayúdenme. Ya que estoy les comento que si bien la intención de las cartas no es específicamente obtener respuestas, me encanta cuando sí las hay, es un intercambio re lindo, y siempre me dejan reflexiva, así que desde ya muchas gracias. Por otro lado contarles que si bien Flavia el martes me dijo que estoy “espléndida” ando con muchas cosas en la cabeza, pero sobre todo con ganas de hacer, ganas de meterme en un proceso creativo con todo lo que eso requiere y me asusta la idea del “proceso” y “proyecto” en este mundo loco de la inmediatez xq requiere un inicio un final y un laaaargo trayecto en el medio. Estoy yendo mucho al teatro… bueno qué es mucho diríamos, creo que “bastante” es mejor, y me tiene también “bastante” inspirada, veremos. Por lo pronto solo pienso cosas, y me siento ansiosa, el martes en terapia planteé tratar el temita de la ansiedad y la adicción al cel, como un camino más a romper con esto de la inmediatez y la dopamina fácil q poco nutre y poco llena, pero que buscamos todo el tiempo como aprobación en las redes, estuve unos días bastante desconectada en ese sentido, pero medio que ya volví. Así que también acepto recomendaciones si tienen, de sus rutinas y hábitos que tienen que ver con desarrollar más la parte creativa (sea cual sea), e incluso del ocio, por lo pronto mi misión es generar un hábito y un espacio a la escritura, que sea parte de mi cotidianidad, algo así mas rutinario, el resto se verá.
Por otro lado contarles que la situación del país me trae x el suelo, como a la mayoría, y eso me tiene bastante movida, conmovida, afligida y enojada, pero me dí cuenta de algo re loco, que es lo que les vengo a compartir. El año pasado participé de un mundial de escritura que tenía distintas consignas pa escribir por día y blabla, hubo una que tenía que ser sobre el agua y en el futuro, muy elocuente yo, la hice sobre sequía, y ahora me resulta tragicómico, así que acá les va.
Primero ponen play a esta canción y la escuchan mientras leen el relato (es una orden).


12 de marzo 2026, 21:46 horas.
Está encendida la televisión y los pronósticos indican que habrá lluvias torrenciales, habrá inundaciones, habrá agua, mucha agua, mucha más de la que hubo en los últimos tres meses. La escasez es absoluta, y yo estoy casi tan seca como el sauce llorón de la entrada, casi tan agria como los higos deshidratados en la higuera.
Hace más de 2 meses que no lloro, me convertí en una persona árida, perdí el tono de piel, junto con la ternura, perdí la esperanza. Sufrir por amor me parece en vano, es banal al lado de la podredumbre del mundo, al lado de la sequía, al lado de la muerte. Creímos que para esta altura cambiaría el mundo. Lo cierto es que mucho no ha cambiado. Solo estamos matando el planeta y mutilandonos a nosotros mismos. Yo me mútilo el pensamiento cada madrugada.
Muchas veces te esperé sentada, colgada, al lado de la puerta, a veces me parecía oír tus pasos, sentir tu nombre. Tu nombre siempre me sacudía las vísceras, era como un torrente de agua que me acribillaba la garganta, era como si de la nada perdiera el gusto y las ganas de olfatear, se me escurrían los sentidos.
Matilda: Cualquier persona pensaría que es absurdo, que yo esté acá sentada frente a la computadora, escribiéndote un mail, como si nada, sí, un mail, una herramienta que ya no sé usa, ni siquiera para trabajar, pero que tiene ese aire vintage impersonal y que elijo ya que no espero respuesta alguna. Los silencios dicen mucho y las distancias acercan cuerpos, aún en el final. La realidad es que necesito hacerte llegar estas palabras y ya no creo en el universo ni en la mierda jipi, ya le envíe mensajes al destino, te prendí ocho velas, creí en el horóscopo, en el tarot, hice yoga, probé salir a correr cada mañana, bordé, cocí, aprendí a cocinar, me busqué cuatro cursos y hasta intenté que me guste el fútbol, para tener ese pasatiempo enfermo, un fanatismo extremo, pero nada funcionó. Tengo trancado un océano de palabras, me están surfando la garganta, sin encontrar un lugar donde estallar, bienvenida a mi cerebro una vez más:
¿Te acordas la sensación de estar parada frente a las cataratas? ver el caudal de agua caer sin parar, sentirse abrumada y maravillada al mismo tiempo por lo extraordinario de la naturaleza. Yo se que vos pensaste lo mismo que yo, “cómo será morir ahí”, ahogarse, caerse en el infinito del mar, ser sacudida por las olas, sería una muerte terrible, lo sabemos, pero se que vos también tenías un poco de ganas de saltar, de sentir que el mar te corrompía las entrañas, de perderte en lo finito de lo infinito, yo también lo sentí.
La última vez que te fuiste de mi casa me puse triste, no recuerdo la fecha exacta en que me di cuenta que todo iba a terminar, creo que fue después del mejor orgasmo del mundo. Ahí lo supe, todo estaría mal, cuando el sexo es demasiado bueno algo siempre tiene que salir demasiado mal, me lo enseñó la experiencia. Yo se que vos pensaste lo mismo que yo “cómo será morir ahí” ahogarse, caerse en lo infinito del placer, ser percudida por el sudor, sería una muerte terrible, lo sabemos, pero se que vos también tenías un poco de ganas de gritar, de sentir que la excitación te corrompía las entrañas, de perderte en lo finito de lo infinito, vos también lo sentiste.
Matilda, después de tres meses está lloviendo afuera, y adentro también.
¿Se imaginan que llueva?
Abracitos para todxs hagan los deberes del mail.
Ro.