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septiembre 1, 2025

#9 SEP25

Hoy no es hoy. Definitivamente no es 2025, no todavía. Casi seguro estoy en un bondi. No sé si estoy yendo o volviendo, depende de la hora del día.

Sí sé que salgo del trabajo, y paso por la disquería. No quiero canciones nuevas. Voy a buscar lo que ya escuché mil veces en internet, en la tele, o en la radio, para tener esos discos físicamente, como tiene que ser.

Hoy, no me interesa escuchar cosas nuevas. Quiero tocar, sentir y escuchar lo que ya sé que me pertenece.

Hole In The Ground, Jar (2014). Hace doce años, este disco, Superheaven, no existía.

Volver a casa con el album en la mano, ponerlo en el minicomponente de mi cuarto, tirarme en la cama, leer las letras, explorar los créditos, para finalmente quedarme viendo el techo hasta que la última canción terminara no hubiese sido posible.

No todos los discos llegan a tiempo, pero por suerte la música en sí, es bastante atemporal.

Freak of the Week, Marvelous 3 (1998). En los 90, allá por Atlanta, Georgia (muy lejos de Los Ángeles donde se “cocinaban” los discos y los contratos en Estados Unidos), Butch Walker era manager, guitarrista, después cantante, después productor y mixer de su propia banda. Vivir de la música era el único camino posible. El punto de inflexión para que eso empiece a suceder fue está canción.

Walker es de esas personas que se entrevistan solas, en caso de que lo quieran escuchar y conocer, hay chances de que les caiga tan bien como a mí.

Ah, vieron cómo se viste Avril Lavigne en el video de Complicated, no? Se lo copió a él.

Photograph, The Verve Pipe (1996). Para la segunda mitad los 90, la década favorita de muchos, empezaba a experimentar una especie de crisis de identidad musical. Casi como un adolescente.

La mayoría de las bandas estaban más interesadas en ocupar un mismo espacio, en lugar de generar uno nuevo. Casi todas sonaban más o menos igual. Lo sé, porque las consumí absolutamente a todas.

En esa ancha avenida del “alternative rock” o el “power pop”, o como se le pueda llamar a esa cosa que no es tan pesada como para ser rock pero tampoco tan comercial como para ser pop, había demasiada gente haciendo lo mismo.

Por estadística o sentido común, ese espacio infinito tenía que contener buenas bandas, o al menos buenas canciones. Pero la única forma de encontrarlas, era escucharlas a todas.

My Own Worst Enemy, Lit (1999). A medida que se aproxima la adultez una sensación rara nos empieza a atrapar silenciosamente. En una especie de epifanía, sentimos que el mundo está tan roto como lo creíamos cuando éramos adolescentes y que, efectivamente, es vos contra todos y contra todo.

Esto es, hasta que un día te despertás con resaca, te duele muchísimo la cabeza, te dormiste con la ropa que llevabas anoche, la llave de casa quedó del lado de afuera, y tenés recuerdos de haber discutido con alguien, pero no sabés con quién ni por qué.

En ese momento la epifanía se completa, y entendés que más allá de que tan difícil puedan estar las cosas afuera, el peor enemigo de uno es uno mismo.

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👨‍💻 Playlist curada por Jeremias Menichelli

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