Literal.
Yo pensaba que todo estaba controlado.
Un sistema de reservas, sencillo, funcional, casi elegante.
Hasta que un día la API dejó de responder.
Y todo lo demás colapsó.
La gente no podía reservar.
Los datos no se sincronizaban.
Y el cliente me llamó a las 7:03 a.m. con una frase inolvidable:
—"Tenemos un problema gordo."
Sí. Lo teníamos.
La API era vieja. Mal documentada. Sin control de errores.
Una bomba con temporizador.
Esa experiencia me obligó a reaprender todo sobre arquitectura, seguridad y buenas prácticas en APIs.
Hoy enseño todo eso para que no te explote en la cara como a mí.
— Alexander, CEO de Ingeniero Binario