Cuando un sistema empieza a crecer, nos vemos en la necesidad de escalar y, en la mayoría de casos, la mejor opción es hacerlo horizontalmente; es decir, añadiendo más nodos.
❗ Con un nodo, nos referimos a:
Un servidor físico
Una máquina virtual
Un contenedor
O incluso un pod de Kubernetes
Escalar horizontalmente no solamente es bueno en términos de rendimiento, sino también en cuando a disponibilidad.
En realidad, cuando distribuimos la carga entre varios nodos, nos aseguramos de que nuestros usuarios puedan acceder más fácilmente a una instancia de la aplicación y que obtengan la menor latencia posible.