Hace poco, una empresa perdió millones porque un hacker descubrió que su API no tenía seguridad.
No necesitaba contraseñas.
Ni autenticación.
Bastaba con poner una URL en el navegador y acceder.
Boom.
Información expuesta.
Datos robados.
Negocio destruido.
Lo peor es que no era un error difícil de evitar.
Pero no lo hicieron.
Si usas APIs, más te vale saber cómo protegerlas.
Aquí te dejo un sitio donde aprender a construirlas bien:
— Alexander, CEO de Ingeniero Binario