Me pasaron un Excel con 3.000 registros.
Tenía que subirlos a mano a un CRM.
Una de esas tareas que te quitan la fe en la humanidad (y en los formularios web).
Abrí la hoja, suspiré... y pensé:
“Esto no puede ser así.”
Y no lo fue.
Busqué si el CRM tenía una API.
Spoiler: sí la tenía.
Me armé un script en Python que tomaba los datos del Excel y los mandaba directamente al sistema.
Validaba. Formateaba. Automatizaba.
En una hora, el trabajo estaba hecho.
Sin errores.
Y con la sensación de que, por fin, estaba usando la tecnología como se debe.
Desde entonces, cada vez que alguien me habla de copiar y pegar datos, me pica un ojo.
👉 A veces, todo lo que necesitas es saber que hay otra forma:
— Alexander, CEO de Ingeniero Binario