Buenas a todos y todas. Llevamos un tiempo sin hablar. En estos meses he sacado un libro, del que sigo muy satisfecho. Algunas de vosotras lo habéis recibido con mucho cariño y eso me hace muy feliz. Confieso que lo miro de vez en cuando y me sigue gustando (aún siendo consciente de todos sus fallos pequeños y grandes). Sobre todo ha contribuido a devolverme una ilusión por lo fotográfico que creo que es lo mejor que puedo sacar de todo este proceso. Si te apetece saber más al respecto, en el anterior post te cuento más. Y si quieres hacerte con uno será un placer mandartelo a casa.

Saber que es el final.

Hace menos de dos semanas tuve la suerte de estar en una de las playas mas hermosas que haya visitado. Un lugar de belleza sobrecogedora, de estos que aún no hemos arruinado del todo pese a nuestros esfuerzos. Allí grabé este pequeño vídeo, que desde luego no le hace justicia al lugar.

En ese momento no lo sabía, pero ese era el último vídeo que grabaría con esa pequeña cámara. Me había acompañado dos años, y aunque no he llegado a dominarla del todo, si que me gustaba de vez en cuando tomar alguna imágen con ella. Pero aquella tarde, cinco minutos después del vídeo, el intento de hacer equilibrios entre la bolsa, las zapatillas y los calcetines que llevaba en una mano, la cámara de fotos en la otra y la emoción de estar en un lugar tan especial me hizo despistarme y de repente miré al suelo y vi con total horror mi cámara en la orilla, bajo el agua salada.

Fueron unos segundos pero fue suficiente. No sirvieron después ni el arroz ni las plegarias laicas a alguna remota diosa fotográfica. Gracias por todo, querida.

A veces no sabemos cuando se acaban las cosas. No es fácil identificar el instante mientras sucede y en ocasiones solo lo comprendemos mucho después. No fue este caso.

Del mismo modo, no resulta veces sencillo conocer el instante en el que algo comienza. Pero últimamente ha comenzado algo en mi entorno de Murcia que me tiene ilusionado. Y como la ilusión es el combustible que nos mueve, paso a compartirlo con vosotros.

Veréis, desde que se acabó la Beca Fuego (bendita sea) he andado dando vueltas a como continuar con un proyecto nuevo pero con parámetros similares. Y la verdad es que no he dado con una solución satisfactoria. Solo se me han ocurrido ideas más descabelladas de lo habitual, que implicaban gastar grandes cantidades de dinero, asumir responsabilidades para las que no creo estar muy preparado y en general me colocaban en una posición de salvador de la fotografía o mártir de la misma que, la verdad, están muy bien para las fantasías de duermevela pero no tienen mucho sentido en el mundo que generosamente podemos denominar como "real".

Así que como en realidad lo que echo de menos, más que sentirme protagonista o arrogarme un poder que no necesito ni me sienta bien, es un sentimiento de comunidad y gente con la que compartir cosas en persona. Para eso se nos ha ocurrido a mi compañero Pepe Incha y a mi volver a lo básico. A gente que se reúne en torno a una mesa y enseña sus fotografías en un entorno amable. Nada más y nada menos. Por supuesto mi mente corre furiosa y se le ocurren mil maneras de complicar y arruinar todo esto pero voy a intentar contenerla todo el tiempo que pueda.

Ver otras maneras de hacer. Oir opiniones distintas a la tuya. Contemplar el crecimiento de proyectos que tu nunca acometerías. Pensar en hacer algo nuevo y compartirlo con esas personas. La fórmula es engañosamente sencilla. Un pequeño grupo de personas que intentan llevar adelante proyectos fotográficos personales. Cínicamente tengo la creencia de que todos los grupos humanos caminan hacia su disolución. Pero también estoy acostumbrado a equivocarme y pienso que esta nueva aventura puede traernos satisfacciones pequeñas y grandes. Ya os contaré.

Pues hasta aquí esta pequeña entrada. Voy a intentar hacer otra en diciembre, y así coger cierta carrerilla con la newsletter. Sé que muchas la disfrutáis y aunque a veces me cuesta bastante escribirla, creo que merece la pena el esfuerzo. Recordad que tenéis entradas anteriores por si se os ha escapado alguna. Muchas gracias por leerme y si queréis comentarme cualquier cosa estoy disponible por los cauces habituales. ¡Hasta nuestro próximo encuentro!