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Una newsletter sobre fotografía contemporánea y alrededores. Gustavo Alemán

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May 29, 2025

Newsletter #13 Sobre todo creo que

"No todo está perdido", nuevo fotolibro de Gustavo Alemán. Ha sido un proceso largo pero ya está aquí y al fin puedo contaros los detalles.

Un abrazo a todas y a todos. Estos pequeños boletines siguen dandome alegrías y la última entrega no fue una excepción. Aparte de vuestros comentarios, también me han llegado cartas postales y fotos. Y alguna de vosotras me ha comentado que se plantea el reconectar con esa experiencia tan analógica que es volver al correo ordinario. Ojalá os haga tan feliz como a mi esa idea.


Voy a sacar un libro próximamente.

Un libro mío, con mis fotografías. Doce años despues de publicar "(No) soy de aquí" (que fue mi primer libro y que podéis ver en formato PDF aquí, si no lo conocéis y tenéis curiosidad). Mucho ha pasado desde entonces, y he tenido la suerte de vivir muchas aventuras fotográficas, solo o acompañado de gente increíble. Durante la mayor parte de este tiempo, la idea de volver a sacar un libro mío ha sido un sueño lejano, más cercano a la fantasía que a algo factible. Y la contradicción aparente de realizar labores en torno a la fotografía pero estar alejado de mi propia actividad creativa ha sido algo a lo que le he dado algunas vueltas sin llegar a ninguna conclusión definitiva.

Los libros llegan a nuestras manos como artefactos definitivos, conformadas todas las decisiones creativas que los han hecho posibles en un objeto físico y ya aparentemente inmutable. Rara vez se vislumbra el camino incierto que ha llevado a ese resultado final. Mi nuevo libro ha tenido muchos pasos en falso, y su forma definitiva descansa sobre las versiones abandonadas que han quedado por el camino. Siendo como es un libro que, entre otras cosas, habla sobre el bloqueo creativo y la búsqueda de un nuevo camino me parece adecuado que así sea.

Las herramientas de trabajo.

Tengo habitualmente la sensación de que explico demasiado sobre estos asuntos. Haciendo una lectura psicológica de garrafón lo achaco a la inseguridad, a que estas explicaciones pretenden apuntalar un edificio del que tengo grandes dudas o temo que no sea recibido como deseo. En el caso del nuevo libro no es así. Y consecuentemente no siento la necesidad de explicar demasiado sobre él. Pero creo que un poco de contexto puede ser útil y me apetece contaros como se ha llegado a esta versión de "No todo está perdido". Que ni siquiera os había dicho el nombre aún.

Hace casi 5 años (finales de 2020 en concreto) disparé unos carretes. Era una época en la que la incertidumbre interior y la exterior se mezclaban en un cóctel del que creo todos tuvimos nuestra propia versión. Mi amiga Miriam, con la que estudie Imagen hace un par de décadas y con la que sigo en contacto (aunque vive lejos y solo nos vemos una vez al año) me regaló unos carretes que tenía hace tiempo y que pensaba que no iba a utilizar. Eran carretes de diferentes marcas y formatos, la mayoría de ellos caducados hacía mucho tiempo. Tomé la decisión de dispararlos, pues ese gesto de amor de Miriam debía ser honrado. No sé bien que tenía en la cabeza mi yo de entonces cuando hacía esas fotos, pero si que recuerdo que tenía la intención de usarlos y de hacer algo con las imágenes resultantes. Para Miriam y para mi, sin mayor pretensión.

Los rumores son ciertos: Miriam es la mejor.

En algún momento de ese proceso llegué a la conclusión de que no me sentía capaz de dar sentido a esas imágenes. Y decidí pedirle a dos amigos (Agus Bres y Amelia García) que revisasen el material, que yo mandaría revelar y escanear pero que no vería, y que pensasen en una posible forma final para ese conjunto de fotos. Ahora me doy cuenta de que pasarles "el muerto" a mis dos amigos no era una decisión muy valiente y, de nuevo, era una manera de escurrir el bulto y alejarme de cualquier responsabilidad creativa que me pudiera hacer daño. Lo que sucedió es que la vida tenía otros planes y mis amigos tuvieron que lidiar con muchos asuntos personales y profesionales y no pudieron afrontar esta imprecisa tarea a la que habían dicho si en otro gesto de amor. Las fotos quedaron entonces en un limbo en el que yo no las había visto ni realmente parecía que fuera a pasar nada con ellas.

El carrete nº 4

Bastante tiempo después, decidí que había que hacer algo con esas fotos. Liberé a mis amigos del encargo insensato que les había hecho y finalmente vi las imágenes. Me gustaron más de lo que esperaba y me pareció que algunas de ellas podían combinarse en una pequeña publicación. Lo que decidí entonces fue hacer un libro del que solo existieran un par de copias. Una sería para Miriam y otra para mí. Tambien fantaseaba con hacer una más para San Telmo y mi querida Gabriela Cendoya. Ahora veo claramente que era una idea de nuevo basada en exponerme y arriesgarme mínimamente. Un sacar la patita de nuevo a la luz pero con toda la cautela posible. Hice incluso una par de maquetas digitales con las que estaba medianamente satisfecho.

Pero era un relato sin un final claro. Domar las imágenes para que contasen una historia para las que no habían sido pensadas. Y al final quedaron de nuevo en el cajón. Y ahí hubieran seguido si no fuera gracias a mi fotógrafa favorita.

Una doble página

Veréis, la culpa de todo la tiene Bego Antón.


Desde que un tiempo antes de que terminase la Beca Fuego he estado muy alejado de todos los eventos fotográficos por motivos muy variados. Pero una amiga (gracias, Chiqui!) me avisó de que Bego Antón iba a dar un taller de fotografía en Almeria, en los talleres Cabo Adentro que con tanto cariño organiza Esther Pita. Y me pareció un evento que no podía perderme y allá que me fui. En estos talleres es habitual que los alumnos lleven su trabajo para que la ponente les de su feedback y, aunque no tenía claro que fuera a enseñarlas, me llevé las fotos de ese proyecto que ya llevaba hibernando más de cuatro años.

Foto de Isabel Meca

Las fotos gustaron, y mis explicaciones, muy parecidas a las que estoy haciendo ahora, fueron también bien recibidas. Pero lo más importante fue que, al plantearle mis dudas de que hacer con el trabajo, Bego me dio una idea clave sobre como resolverlo. Eso me encendió automáticamente una luz en la mente y unos meses después aquí estamos. Decidí que el tercer gesto de amor de este proyecto era el de quererme un poco, lo suficiente para confiar una pizca en mi mismo y arriesgarme en lanzar algo de nuevo al mundo. Y me vino bien recordar que pasan más cosas si sales de casa y te juntas con otras personas que si permaneces rumiando en tu cueva.

Los lectores atentos que hayan llegado hasta aquí observarán astutamente que no he dicho nada sobre el libro en que se ha convertido finalmente "No todo está perdido". No es accidental. Sé que es arriesgado pero, en esta primera fase, prefiero no contar ni enseñar demasiado. Es muy difícil ser juez de lo que uno ha hecho, y aunque por supuesto estoy muy orgulloso del libro que he hecho e interesado en que llegue a cuantos más lugares mejor, la incertidumbre cuando algo se lanza al mundo es una constante con la que convivir.

Baste decir que “No todo está perdido” es un libro con muchas imágenes (hay rocas, hay flores, hay gatos, hay ruinas y algunas otras cosas), con un tamaño pequeño y que va a salir en una edición de 200 ejemplares. Es un libro de tapa blanda que ha sido primorosamente diseñado por underbau e impreso en Madrid por Lucam.

Otra doble página


Mis esperanzas y temores sobre el libro están resumidas en este texto del fotógrafo americano Robert Adams al que siempre termino regresando: "La fotografía (...) puede ofrecernos, creo, tres verdades: geografía, autobiografía y metáfora. La geografía, si se toma sola, a veces es aburrida; la autobiografía, con frecuencia resulta trivial, y la metáfora, dudosa. Pero en conjunto... los tres tipos de representación se fortalecen mutuamente y refuerzan aquello que todos nos esforzamos por mantener intacto: el amor por la vida."

En definitiva este libro pequeño pero grande, simple y complicado, ofrece quizá un deleite pequeño y una fugaz reflexión pero es, no obstante, el libro que podía y necesitaba lanzar al mundo en estos momentos.

Y otra

El libro ya está disponible en preventa a un precio de 35 euros. Y los primeros 100 ejemplares en este período serán una edición especial. Esto significa dos cosas: la primera es que los gastos de envío a España serán gratuitos. La segunda es que los compradores, tras recibir el libro podrán seleccionar cualquiera de las imágenes incluidas en el libro para recibir una copia firmada tamaño 13×20cm que será producida por el fantástico Estudio Paco Mora. La preventa durará hasta el 29 de Junio. Y los libros serán enviados en cuanto estén disponibles (actualmente están en producción). Recuerda, puedes comprarlo aquí.

Podría ahondar más tanto en el "cómo" como en el "por qué". Y ojalá podamos tener una conversación a ese respecto más adelante. Pero de momento quiero compartir con todas vosotras mi ilusión, que es el combustible más valioso del mundo. Lo que pase a partir de ahora lo descubriremos muy pronto. Muchas gracias por leerme.


Espero que sepáis disculparme este pequeño contenido promocional. Prometo que pronto volveremos a nuestra programación habitual. Pero me apetecía contaros a todas vosotras primeramente esta noticia que es importante para mi.

Mientras tanto, podéis poneros al día leyendo nuestros archivos y, como siempre, cualquier cosa que me queráis comentar, soy todo oídos en los canales habituales.

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