Newsletter #08 Querido Bill
Un abrazo a todas y todos. Espero hayáis disfrutado de este abrasador verano. Y que el calor no os haya impedido dedicarle al menos un poco de tiempo a mirar y registrar lo mirado, como hablábamos en nuestra última entrada, que podéis encontrar aquí.
Siempre es arriesgado hablar del futuro y hacer pronósticos, así que solo diré esto: hay un par de cositas que estoy cocinando que estoy deseando compartir con vosotros. Eso será pronto, pero de momento, os dejo con el post.
Querido Bill:
Aunque nunca creí que fuera a ser necesario escribirte esta carta, los acontecimientos de los últimos meses me obligan a ello. Sé bien que nunca respondes al correo de los fans, y que has decidido (o eso creíamos) vivir tu vida de una manera totalmente alejada de los focos y disfrutando de tu privacidad. Así que nos ahorraré el trámite y nunca llegaré a enviarte estas líneas. Pero quiero escribirlas, y me parece mientras lo hago que en el fondo son unas palabras que escribo para mí, con la esperanza además de que le sirvan a alguna otra persona.
Eres uno de mis artistas favoritos. Sé que mucha gente hace distinciones artificiales entre "alta" y "baja" cultura, y que los que caen en esa trampa tienen dificultades incluso para incluir a artes relativamente jóvenes como el cómic o la fotografía en el club de las mas elevadas. Por supuesto en tu caso no ayuda que, además de dibujante de cómics, lo fueras de tiras cómicas diarias de prensa. Parece un trabajo agotador, a menudo ingrato, en el que lo sencillo es repetir una fórmula y estirar el chicle hasta que ya deja de tener ningún sentido. Como mucho, la esperanza es dar con algún personaje que capture la imaginación de los lectores y que pueda ser comercializado en multitud de ámbitos. Pero no hay tantos "Garfield" y además, tu no querías eso para tu obra.
Tu obra, la majestuosa tira "Calvin y Hobbes" podría haber aparecido ya en series de animación y películas, contar con la colaboración de las mejores firmas de ropa (Calvin & Hobbes by Uniqlo, tan fácil de imaginar) y aparecer en toda clase de productos, desde fiambreras a calcetines. Una vez leí, aunque no sé si el cálculo es correcto, que habías dejado de ganar 400 millones de dólares por tu negativa a que la imagen de tus personajes fuera usada con fines comerciales. Eso es un montón de dinero, e imagino que las presiones del sindicato que maneja las tiras de prensa tuvieron que ser absolutamente brutales.
Eres mi héroe por eso, por supuesto. Y sobre todo porque, apoyándote en el formato más modesto y mecanizado, trascendiste todas sus limitaciones para crear un arte imborrable. Pero te confieso ahora que uno de los principales motivos por los que te tengo en un pedestal es que lo dejaste. En el momento de máxima popularidad de tu tira te echaste a un lado. Y desde entonces, y han pasado ya casi 30 años, apenas se ha sabido nada de ti. Ha habido anécdotas peculiares en este tiempo (como la de que de vez en cuando firmabas recopilaciones de tus tiras en una librería de tu ciudad hasta que alguien se dio cuenta y empezó a especular con ellas y dejaste de hacerlo) pero la mayoría del tiempo lo que hemos tenido ha sido silencio.
Silencio. Obviamente dice más de mí que de ti que me atraigan tanto los artistas que un día deciden dejarlo. Como la banda de música Fugazi, un conjunto brillantísimo y tremendamente influyente que un día dejaron de tocar juntos. No hubo drama personal ni explosión de egos, solo el deseo de tomar otro camino. También imagino lo complicado que debe ser tener que compararte con tu propio legado. Boxear contra esa sombra que se agiganta con cada año de silencio.
Pero no es por eso por lo que te escribo. Te escribo porque hace unos meses, de repente, anunciaste que ibas a sacar un nuevo libro ilustrado. Los dibujos que mostraste eran extraños, muy alejados del estilo que empleabas en la tira. Pero brindo por ti por regalarte algo nuevo, por regalarnos algo nuevo. Hay mucha gente que está deseando que fracases, estoy seguro. Gente con los posts de "lo de antes era mucho mejor" ya escritos. Tengo la sensación de que eso no te importa. Ya no habrá solo silencio, ya no habrá solo un legado que preservar. Es estupendo asumir el riesgo de equivocarse, porque la creación no es en absoluto un camino lineal de productividad creciente. Son también los parones, los caminos equivocados, los pasos en falso, el juicio de los demás pero sobre todo el propio.
Compraré tu libro, estoy seguro. Y me parecerá bien tanto si es una última excepción o unas ganas renovadas de estar en el mundo. Y pensaré en mi relación con el silencio y el deseo de desaparecer. Eso ya sería bastante, pero también por todo lo demás, gracias infinitas Bill.
Tu admirador,
Gustavo
P.D: Este mes se cumplen 10 años de la publicación de mi libro "(No) soy de aquí".
Si eres uno de nuestros lectores jóvenes, igual no conoces a Calvin y Hobbes, acabo de caer en la cuenta. Si te ha picado la curiosidad y te decides a investigar, que sepas que te envidio mucho. La editorial Astiberri está publicando ahora mismo tomos recopilatorios, y seguro que en tu librería o biblioteca local puedes echarle un ojo.
Espero hayáis disfrutado de esta primera entrada del curso. Pronto más, y con seguridad, distintas. ¡Gracias por vuestro tiempo y hasta pronto!