Newsletter #06 Un brindis por los casi
Un abrazo a todos y todas. Ha pasado un tiempo desde mi última newsletter, en la que os hablaba de un libro que me gusta mucho y de la idea de Rubén H. Bermúdez de trasladar el concepto a nuestro entorno. El giro de los acontecimientos es que Rubén encontró la dirección del antiguo blog y que podéis echarle un vistazo. Es una cápsula del tiempo maravillosa. A ver si nos da alguna alegría más en el futuro. Mientras tanto, gracias como siempre por leer estas divagaciones y espero que disfrutéis de esta.
A veces pienso en los casi.
Qué son los (y las) casi, os preguntaréis. Primeramente, he de aclarar que no creo que sean un fenómeno exclusivo del mundo fotográfico. Resumidamente, un casi sería una persona que tiene un proyecto fotográfico prometedor y que, como nos enseñan en todas las escuelas, enseguida se introduce en la dinámica de mandarlo a festivales, certámenes, visionados y demás eventos que existen dentro de la fotografía para, en teoría, dar a conocer los talentos emergentes. Para que sea un casi, ha de tener un cierto éxito en esas convocatorias pero sistemáticamente quedar fuera de los primerísimos puestos. Son esos proyectos que has visto en Instagram, o al menos sus fotos mas icónicas, e incluso quizá hayas leído algun post al respecto, o una entrevista. Hasta aquí, todo entra dentro de la lógica ligeramente perversa de todo este asunto: hay unos recursos limitados, muchos nuevos talentos interesados en acceder a esos recursos (ya sean estos oportunidades económicas, promesas de visibilidad o cualquier otra variante) y personas e instituciones que operan como legitimadores y prescriptores, cada uno con su agenda, sus valores y sus propios intereses. Los casi, en esta personalísima definición, serían esas personas que entraron en esa rueda de la fortuna de las convocatorias pero cuyo número nunca llegó a salir.
No debe ser sencillo habitar ese limbo, cargado inicialmente con la posibilidad de un futuro prometedor al que las sucesivas citas y eventos van despojando poco a poco de su lustre. Como en tantas cosas, yo en esto fui un absoluto privilegiado. Fui seleccionado en las dos primeras convocatorias a las que me presenté y en la primera a la que acudí, mi proyecto fue seleccionado para la publicación de un libro y la realización de una exposición individual. Eso, creo que no es necesario aclararlo, no es en absoluto un caso habitual. El azar me llevó por esa senda, pero fácilmente podría haberme convertido en un casi, habitante de ese espacio de posibilidades que no se concretan. Personalmente creo que yo no hubiera sido capaz de vivir en ese lugar demasiado tiempo, y que me hubiera tomado todos esos casi aciertos como una confirmación de mis peores temores sobre mi talento y mi sitio en este mundo.
Porque eso es lo que me apena de este asunto. Hay multitud de personas que, simplemente, se cansaron de acompañar a un proyecto que inicialmente les ilusionó y que no consiguieron, por esa falta de legitimidad exterior, encontrar dentro de ellos la fuerza para continuar por ese camino. Y la mayor parte de veces no había un porqué claro, como no lo hay en ocasiones cuando las puertas se abren. Quizá su proyecto coincidió en el tiempo con otro de temática similar, o usaron un blanco y negro muy contrastado en sus imágenes cuando lo que se llevaban eran colores chillones. O no tenían las habilidades sociales necesarias, o quizá se cansaron de verles la cara. O incluso puede ser que a su visionador se le subiera su parcelita de poder a la cabeza y decidiera que eran una buena persona a la que machacar ese día. Yo he tenido la oportunidad de ser parte de los que eligen, y de los que desean ser elegidos. Y me gustaría poder decir que todo son criterios objetivos y que el talento siempre se abre camino al final. Pero los que deciden son seres humanos tan imperfectos como el resto y hay proyectos y carreras que se han perdido entre las grietas del sistema porque, entre otros muchos factores, gente como yo no supo identificar su potencial.
Pero dentro de esta historia triste, a veces hay noticias que te hacen recuperar un poco la esperanza. Algunas veces la persistencia tiene recompensa: la semana pasada, uno de esos proyectos ganó un certamen importante y, pase lo que pase, será un proyecto que vea mucha más gente y evitará el destino de languidecer en un disco duro. No pasa siempre, pero a veces pasa. Si has leído todo esto y te has sentido identificad@ de alguna manera, ojalá encuentres la manera de continuar en todo esto. Si se te ocurre alguna manera en la que yo pueda ayudar (que no implique pedir grandes cantidades de dinero, me temo) escríbeme unas líneas.
Esto es todo por ahora. Si andáis por Alicante de aquí a finales de Mayo, os recomiendo que visitéis "Tiempo para celebrar", la expo de PhotoAlicante que he tenido la suerte de co-comisariar. Nos leemos muy pronto, y, como siempre, cualquier cosa que queráis comentarme será bienvenida. ¡Gracias por llegar hasta aquí y hasta pronto!