Criada en cautiverio
Criada en cautiverio
Condicionada para socializar, escogida para procrear
y alimentada hasta la saciedad para vivir un día más de lo mismo.
¿Decidieron liberarme o busqué la salida? No logro recordar.
Aquella puerta que siempre creí cerrada, un día permaneció abierta.
Sentí un impulso por avanzar y di pasos sin cuestionar.
Quien dijera que a mi salida, cerrarían con llave para no dejarme entrar.
Afuera no encuentro los barrotes ni el olor metálico en el aire,
solo objetos sin nombre, que se extienden hasta el horizonte.
¿Cómo consigo comida en este lugar? Aquí no aparece tres veces al día.
Talvez sea un castigo más, el precio por mi rebeldía.
Confundida, tardo en descubrir que no hay laberinto por completar,
ansiosa, busco los límites permitidos en mi comportamiento,
hasta que el pánico me abruma y entiendo mi precaria situación.
¿Como se supone que sobreviva por mi cuenta?
Si todo rastro de ferocidad me fue quitado a palos e indiferencia,
el instinto dormido a cumplidos y recompensas.
¿Cómo curo las heridas que dejaron estas cadenas?
Aquellas que laceraron hasta dejar el hueso expuesto.
Las que me hicieron creer que era suya mi existencia.
¿Cómo despertar las ganas de autonomía?
Si solo sé aceptar la dado en un espacio confinado,
si mi sangre antigua y salvaje tiene el trauma tatuado.
¿Cómo integrar estas dos existencias?
No me siento en libertad, pero ya no vivo en cautiverio,
cuestiona la lechuza, cuando teme emprender el vuelo.