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septiembre 4, 2022

OZ #28 💌 Hermanas y correinas

Llevar el pueblo a la revolución de la mano de tu hermana.

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¿Alguna vez habéis fantaseado con fundar vuestro propio Estado independiente? Yo hubo una época en la que lo hacía con cierta frecuencia. No os voy a dar los detalles, que posiblemente recuerden mis amigas, pero digamos que mi joven cerebro, en su época más esnob, no pensaba precisamente en una utopía democrática. Os alegrará saber que ya he dejado esos delirios de grandeza atrás. Ahora solo aspiro a vivir tranquila, así que prefiero no tener a nadie conspirando para quedarse con mi trono.

En aquel Estado imaginario, evidentemente, mandaba yo. A algunas amigas les prometí algún ministerio —avisando, claro está, de que debían andarse con ojo para no acabar desterradas—, pero en última instancia, el poder era mío y solo mío. Como vemos en la ficción y en la realidad día tras día, hay cosas que no se comparten. Incluso cuando en las monarquías hay un rey y una reina, el de verdad es solo uno de ellos, el otro está ahí por haber casado bien (o muy mal, en realidad). Esto ha sido siempre tan así que ni nos planteamos otra forma de reinar. Por ejemplo: ¿por qué no son los herederos directos todos los hijos? ¿por qué cuando se muere el monarca no llega al trono (los tronos) toda su prole a la vez? Porque sería un caos, claro, pero no es que los otros métodos hayan salido mucho mejor.

Pienso en esto desde que descubrí hace un par de meses a las protagonistas de hoy, hermanas y correinas del Estado que fundaron. La verdad es que me quedaría con ese titular y tiraría de él para escribir una obra de ficción, pero se supone que estáis aquí para cosas con cierto rigor histórico. El titular es más o menos verdad. El resto es menos bonito de lo que escribiría en una novela. Aun así, hay mucho margen para la imaginación y el fantaseo porque se sabe muy poco de ellas.

Pero pongámosles ya nombre e iniciemos esta historia de una vez: son Trưng Trắc y Trưng Nhị, las famosísimas hermanas Trưng (voy a escribir Trung porque tengo algo de miedo a que vuestros correos se vuelvan locos con los caracteres vietnamitas). Eran, sí, de Vietnam, que en aquel momento, el siglo I, era uno de los territorios que controlaba la dinastía Han, la segunda dinastía imperial china. Cuando nacieron, alrededor del año 14, su región llevaba aproximadamente un siglo bajo dominio chino.
 
Primera página del Libro del Han Posterior, crónica histórica china del siglo V. Es el texto más antiguo que se conserva donde se habla de las Trung.
Sabemos que eran de muy buena familia: su padre era noble y posiblemente militar y su madre era descendiente de reyes. El padre murió cuando las hermanas aún eran pequeñas (o quizá adolescentes). Según parece, esta muerte inspiró a Man Thien, la recién enviudada, a educar a sus hijas de una forma muy especial: quiso que supieran de estrategia militar y que fuesen patriotas (no de la dinastía Han que los controlaba, claro, sino del anterior reino,  Âu Lạc, precursor de Vietnam) y apoyasen la causa. Ah, ¿qué causa? La de rebelarse contra los chinos. 

Un poco de contexto: durante los primeros años de dominio de la dinastía Han en el actual Vietnam, la aristocracia vietnamita no tenía ningún problema con los nuevos gobernantes, ya que en cierto modo se beneficiaba de su influencia y del inevitable intercambio cultural. Las autoridades locales seguían más o menos con su poder; ahora bajo órdenes chinas, pero todos estaban contentos. Pero a finales de los años treinta ya llevaban un tiempo de roces y crecía el descontento, especialmente cuando los oficiales chinos destinados en la zona del delta del río Rojo, cuna de Vietnam, empezaron a expropiar tierras a los aristócratas locales. Ahora las clases altas ocupadas ya tenían motivos para rebelarse. Por eso Man Thien educó a sus hijas para la rebelión.

De ellas tenemos pinceladas y una historia breve pero clara. Sabemos que Trung Trac, la hermana mayor, se había casado con un noble de una región vecina. Ambos estaban entre los líderes que empezaron a instigar ese levantamiento, razón por la que Su Ding, el gobernador chino de la provincia, hizo que mataran a unos cuantos cabecillas. Uno de ellos fue el marido de Trung Trac.

Aquí el relato se vuelve especialmente borroso o demasiado claro: se repite en las crónicas, todas ellas escritas varios siglos después de los hechos, cuando todo era leyenda, que fue esta muerte la que animó a Trung Trac a reclutar a su hermana Trung Nhi (de la que no sabemos nada individual) y a crear y entrenar un ejército de hombres y mujeres, como si no estuviese ya haciéndolo antes de quedarse viuda. El caso es que lograron vencer a los Han. En el territorio reconquistado, Trac se autoproclamó reina. Y, según una crónica (sí, solo una, pero es la versión de la historia que elijo), reinó con su hermana en una especie de correinado. Hasta aquí el final feliz.

El final real llega cuando decidimos seguir mirando: dos años después, en el 42, el emperador Han envió 20 000 tropas para recuperar el territorio. Lo logró en el 43. El fin de las hermanas Trung cambia dependiendo de quién cuente la historia, aunque el destino es el mismo. Las crónicas chinas dicen que las capturaron y decapitaron. En las vietnamitas se cuenta que se suicidaron tirándose al río para evitar morir en manos de los enemigos. Como enseguida la leyenda lo empapó todo, se describe también que decidieron esa muerte fluvial para influir en el futuro de la meteorología vietnamita. Conquistados, sí, pero al menos con buenas cosechas.

Fue el primer intento de independencia de Vietnam frente a China. Hubo más, pero la independencia final no llegó hasta 939, mil años después del levantamiento de las hermanas.
 

Los problemas de las leyendas

Monumento dedicado a las hermanas en Saigón (actual Ho Chi Minh). La encargó Tran Le Xuan cuando era primera dama en Vietnam del Sur en 1962. El monumento fue destruido un año después durante un golpe de Estado.
Cuando al principio dije que las hermanas Trung eran famosísimas es porque lo son, al menos en Vietnam. Tienen un día dedicado en el calendario nacional, calles y hasta templos. En el siglo XII, según se cuenta, un monje budista les pidió que acabaran con la sequía que estaba secando el delta del río y haciendo que el hambre se extendiera. Llovió al día siguiente.

En los dos milenios que han pasado desde todo esto se han dicho muchas cosas. Suele mencionarse que hay gente que usa el ejemplo de las hermanas Trung para explicar que Vietnam era un matriarcado antes de la llegada de los Han. También hay toda una narrativa creada a lo largo de los siglos que culpa a las hermanas de no haber sabido mantener esa independencia. Si su reinado fue tan corto, exponían muy serios, es porque eran mujeres y su propio ejército de rebeldes no creyó que fuesen a poder liderar la defensa ante el contraataque chino, así que se quedaron casi solas (¿cómo hicieron la primera vez? Ahh, misterio, artes malignas de mujeres, dejad de hacer preguntas incómodas).

Se intentó también minimizar su participación real y sus motivos, intentando dejarlas como unas chiquillas que solo se movilizaron por sus maridos (la muerte del padre para que Man Thien educara a sus hijas, el asesinato del marido de Trac para que formase el ejército). Eran, por supuesto, guapísimas y muy femeninas, qué hacían metidas en cosas de hombres. Aquí dan ganas de abrazar la teoría del matriarcado, porque parece que todas esas críticas durante los siglos posteriores intentaban borrar o negar algo que había pasado y que no encajaba en las tradicionales creencias patriarcales. ¿Que a quién seguía el ejército? Pues al marido de Trac, claro, primero sus órdenes y luego para vengarlo. Nunca a ellas dos, a su madre y a otras generalas de las que se tiene constancia, vaya tontería.

En este enfrentamiento hay dos bandos y no son los dos países implicados. Por un lado, siglos de historiadores diciendo «pero no fue para tanto». Por otro, cientos de historias, canciones y leyendas populares en las que las hermanas Trung fueron seguidas como líderes de una revolución sin que nadie dudase de su valía. Yo creo que aquí me quedo con el folclore. Igual que prefiero creer que saltaron al río y que desde entonces Vietnam es más fértil.
  • Esta vez lo saqué casi todo de la Wikipedia, tanto la inglesa como sobre todo la vietnamita, donde Man Thien tiene su propia página.
  • Este texto del historiador Marc Jason Gilbert me dio la perspectiva sobre la historiografía.
  • ¿Queréis escuchar una canción muy triste sobre las hermanas? Aquí tenéis esta de los años cuarenta del siglo XX.
  • Nada que ver con las hermanas Trung ni con Vietnam, pero me gustó mucho que la newsletter de S Moda que escribe Noelia Ramírez esta semana hablase precisamente de hermanas (id para mucha recomendación de hermanas en libros y cine).


El botiquín 💊


Las píldoras culturales que me han mantenido sana y cuerda estas semanas:

📖 Mientras estaba de pseudovacaciones, Cantos de sirenas, de Charmian Clift (en Gatopardo Ediciones, traducida por Patricia Antón) me hizo imaginar que lo estaba de verdad. Se fue con su marido y sus dos hijos en los años cincuenta a pasar un año en Kálimnos, una isla griega, y escribir un libro. Estuvo mucho más. El libro es sobre el primer año y es una maravilla.

🎵 El último disco de Julia Jacklin, PRE PLEASURE, está muy bien.

📺 Sí, he caído en La casa del dragón, la precuela de Juego de Tronos. O más bien he entrado por mi propio pie y me he sentado en el suelo y me da pereza levantarme. Porque donde su precursor era droga pura y necesitabas siempre más, aquí de momento me da todo un poco igual. ¡Es aburrida! ¡Los personajes no tienen sangre en las venas! Pero seguiré viéndola por curiosidad, a no ser que me olvide. Está en HBO Max. 
 
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