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junio 20, 2021

OZ #13 💌 Extra de verano y los modernos años veinte

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Raquel C. Pico en Londres.

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¡Sorpresa! Al igual que cuando empezó la primavera envié una newsletter especial con una entrevista a la traductora, investigadora y poeta Tera Blanco de Saracho, hoy toca el número extra de verano con otra entrevista. Le toca el turno a Raquel C. Pico, periodista cofundadora de Disquecool (sí, como Tera, es mi amiga) y Librópatas, responsable de la cuenta de Instagram @escritorasenlahistoria y freelance que escribe donde le paguen de temas culturales, de marketing o de tecnología. En septiembre publicará Noticias da modernidade, un libro sobre la vida de las mujeres de los años veinte del siglo XX en Galicia. Es también, con mi padre, la persona que conozco que más lee, y mi padre está jubilado.

Pero ¿por qué la entrevisto? ¿de qué nos va a hablar? La entrevisto porque es un pozo de datos y sabiduría sobre escritoras y periodistas españolas de principios del siglo XX. De eso hablamos. Y también de la rabia que se siente al descubrir a grandes mujeres históricas que a ningún profesor se le ocurrió mencionarnos.

¿Cómo empezaste a interesarte por las escritoras de principios del siglo XX?

El interés por las escritoras del pasado empezó con 12 o 13 años. Leí un libro de Escritoras na literatura galega que venía en una colección con El Correo [Gallego] y ahí había un montón de historiones que como adolescente me parecieron guays. Como por ejemplo el de la marquesa de Ayerbe, la «marquesa roja», que era pionera del feminismo.

Después, uno de los libros que más me impactó en la adolescencia fue una biografía de Mary Wollstonecraft, de la que yo nunca había oído hablar. Había una librería en el centro comercial que había entonces en Santiago que vendía restos de edición. Cuando yo me encontré con ese libro, eran restos de edición de una colección de biografías y compré esta creo que porque leí mal y entendí que era una amiga de Jane Austen o algo así (no lo es). Pero leí su biografía y me enamoré del personaje, de la historia… La vida de Mary Wollstonecraft es fascinante. Y ahí empezó mi interés por las escritoras del pasado.

Maria Vinyals, «marquesa roja».

¿Fue un interés sin pausas?

Siempre leí cosas, pero es verdad que, con nuestro trabajo y escribiendo de temas culturales, en los últimos años fue a más. No es que quiera decir que las escritoras del pasado se hayan puesto de moda...

Pero es cierto.

Un poco sí, pero siempre deberían haber estado de moda. Y son un material genial para escribir artículos. En cuanto a la época, yo siempre había estado muy interesada por el siglo XIX y por Emilia Pardo Bazán...

Y de pronto llegaste al XX.

Y de pronto llegué al XX, que además no era para nada como a mí me lo habían contado. 

¿Cómo te lo habían contado?

Ahora tenemos un montón de referentes por la recuperación de las Sinsombrero, por ejemplo, y se ha corregido un poco. Pero aún se piensa mucho en pobres señoras que ni siquiera sabían usar métodos anticonceptivos, cuando eran bastante comunes. En el año 2013 o 2012 pensé en escribir un artículo para Disquecool sobre la moda de los años veinte, cómo había sido la historia de la moda en Galicia. No sabía mucho sobre este tema, solo datos como que en el siglo XVIII Galicia había sido una potencia en lino. Empecé a investigar en la biblioteca de la USC y en la hemeroteca digital de la BNE y flipé con lo que encontré en la prensa.

¿Qué encontraste?

El mundo de la modernidad de los años veinte. Que las chicas se cortaban el pelo, que trabajaban como mecanógrafas, que todo eso que ves en las miniseries británicas también pasaba aquí. El mundo estaba increíblmente conectado y en realidad se veían las mismas pelis, se leían los mismos libros… Entré en un bucle de investigación sobre mujeres a principios de siglo, sobre lo que he escrito bastante. [Como el libro que se publicará en septiembre].

Cuando lees sobre este periodo, una de las cosas que se suele mencionar es la literatura popular y la escrita por mujeres. Fueron muchos factores que se fueron cruzando. Por ejemplo, a Luisa Carnés la descubrí por una nota de prensa que envió Hoja de Lata, la editorial que la rescató y que hizo un trabajazo. El libro [Tea Rooms] es una pasada, en él se ve esa modernidad que a lo mejor cuando lees El grupo, de Mary McCarthy, piensas «sí, pero estas tías estaban en Nueva York». Pero es la misma modernidad y es en España. 
Luisa Carnés (Madrid, 1905 - Ciudad de México, 1964)
Ahora estoy investigando sobre escritoras de novela rosa y está siendo una experiencia que estoy disfrutando un montón. No solo porque estoy leyendo novelas que están bien (aunque también he leído cosas que no, tienes que intentar no leerlas con los ojos de 2021), sino también porque hay un montón de escritoras que tienen vidas superinteresantes y realmente nadie las lee ahora o nadie se acuerda de ellas. Por ejemplo, una de las últimas a las que he leído es Luisa-María Linares, de los años cuarenta y cincuenta. Es una señora a la que estaban reeditando todo el rato y cuyas novelas se adaptaron a pelis y que era best-sellers en países como Italia o Francia.
Raquel: «Dos novelas rosas/sentimentales, una de los años veinte y otra de los cuarenta. Laura de Noves, por cierto, es Carlota O'Neill, que era republicana y estuvo en la cárcel. Como no podía trabajar de periodista por roja malvada, escribía novelas rosas y crónicas de sociedad con seudónimo».

¿Cuál es la primera autora que descubriste y dijiste «¡oh!»?

¡Magda Donato! De Magda Donato estoy enamorada. La descubrí investigando los años veinte en España. Cuando se habla de periodistas de los años treinta, siempre se habla de Chaves Nogales, que era un señor muy importante que escribió libros buenísimos y era el director de Ahora. Es un periodista de pro, pero no era el único que estaba haciendo cosas guays, había un montón de mujeres periodistas haciendo cosas interesantes en esa época, y no solo en la página de la mujer, cosmética y belleza —que aun así merece tanto respeto como la crónica del parlamento—.

Una de ellas era Magda Donato, que era superpopular. Lo que hacía era periodismo infiltrado, ella lo llamaba «reportajes vividos»: se convertía en la protagonista de la noticia. El primero que hace es en un manicomio: convenció a un médico de que tenía depresión y el médico la metió allí a pasar una temporada. Como tenía que hacer fotos, decía que su manía era la de las cámaras y hacía fotos todo el rato.
Magda Donato (Madrid, 1898 - Ciudad de México, 1966)

Tropecé con ella, leí ese libro y me sentí fascinada y al mismo tiempo robada. En la carrera nos habaron de Günter Wallraff, un periodista al que nos presentaron como el inventor del periodismo infiltrado en los sesenta, y en realidad ese tipo de periodismo lo inventaron las mujeres periodistas de la prensa sensacionalista estadounidense a finales del siglo XIX, como Nelly Bly.

En España a principios de siglo lo estaba haciendo Magda Donato. Magda Donato, Luisa Carnés, Josefina Carabias y un montón de hombres también, pero la más popular era Magda Donato. Eran reportajes tan impresionantes que la gente decía que seguro que se los inventaba. El periódico donde las publicaba, Ahora, ofreció una especie de recompensa a quien pudiese aportar pruebas de que eran mentira.

¿Alguien lo consiguió?

No. Hay dos libros publicados ahora de sus crónicas, uno este de sus reportajes, en Renacimiento, y el otro es uno que recoge una serie de artículos que hizo entre finales de los años veinte y principios de los treinta que se titula Cómo vive la mujer en España. Se recorrió España haciendo artículos sobre cómo vivían las mujeres.
Libros de Magda Donato.

Yo no las conocía, pero esto no quiere decir que nadie las conociese, para nada. En el mundo académico hay un montón de especialistas, historiadoras y expertas en feminismo que llevan investigando esto desde hace mucho tiempo. La cuestión es que, a lo mejor por cómo funciona la publicación académica en España, esas cosas dentro del mundo académico sí se conocen pero fuera de ese mundo no las conocemos. Los periodistas que hacemos divulgación tenemos que reconocerlo siempre: mucho de nuestro trabajo parte de lo que han hecho antes en el mundo universitario.

¿Hay alguna escritora que quieres que alguien reedite? 

La verdad es que me gustaría que tradujesen al castellano a una escritora catalana de los años veinte, Rosa Maria Arquimbau. La novela que leí, en catalán, es Història d'una noia i vint braçalets. Yo no hablo catalán, así que lo hice con Google al lado y fue un poco difícil, pero me gustó mucho. Es sobre una chica del rural a la que mandan a Barcelona en el año treinta y algo a aprender a ser peluquera (el oficio de su padre) y las modas. Ella llega allí con las imágenes de la modernidad de las revistas Crónica y Estampa en la cabeza y lo que hace en Barcelona es vivir la vida. Tiene un montón de amantes que le regalan pulseras, los braçalets del título, y tan contenta. Rosa Maria Arquimbau era ella misma una moderna de esa época.

Rosa Maria Arquimbau (Barcelona, 1909-1992)

¿Cuál es tu moderna preferida?

Diría que van cambiando. Al final, si empiezas a leer sobre ellas, todas tienen cosas fantásticas. Hace poco leí uno de los libros que escribió Josefina Carabias, que tiene un aspecto muy poco atractivo pero es muy, muy interesante. Fue la primera mujer que fue periodista parlamentaria en España. A finales de los setenta escribió un libro sobre Azaña. Suena a que va a ser una biografía aburrida y me daba bastante pereza, pero en realidad es como un libro de periodismo millennial escrito en los setenta, cuando ella ya era muy mayor [se publicó en 1980, de forma póstuma]. Lo escribe en primera persona y es fascinante, es muy recomendable y lo acaban de reeditar.

Además, ella tiene una serie de artículos en los que se infiltró en un hotel en la Gran Vía como limpiadora para escribir sobre la vida de las limpiadoras y es muy divertido. La guerra civil arrasó con todo esto, claro.

Josefina Carabias (Arenas de San Pedro, 1908 - Madrid, 1980)

¿Por qué crees que tenemos esa imagen más rancia de principios de siglo en España?

Supongo que todo depende de en qué pienses. Si piensas en Madrid, te imaginas a esas mujeres modernas, pero si piensas en Galicia, por ejemplo, no. Te piensas que era todo esa imagen del campo pobre y miserable, como se ve en las fotos de Ruth Matilda Anderson. Pero cuando reflexionaba sobre por qué tenía esta imagen, recordé también que en casa de las tías de mi abuela había una foto de una de sus hermanas vestida con traje de flapper. Pero no flapper como las pelis, sino como eran de verdad en aquella época, un traje de mujer moderna de los años veinte.

Yo sabía que eso existía y que esa chica no vivía en la ciudad y tampoco era rica, era costurera y se lo hizo a sí misma. El cine y la cultura popular llegaban a todas partes. Se cortaban el pelo las chicas de Santiago y se cortaban el pelo las chicas de Celanova, todo el mundo. ¿Lo hacían por feminismo? Claro que no, lo hacían porque estaba de moda, pero las modas también ayudan a cambiar la sociedad. 

Creo que lo que creemos es un efecto de la historia posterior, que hizo que viéramos la historia previa de forma diferente. Cada vez que hablo con especialistas en escritoras de la época, les pregunto por qué no nos acordamos de ellas y suelen decir que porque siempre nos olvidamos de las mujeres y por cómo ha funcionado el mundo literario. El libro Cómo acabar con la escritura de las mujeres, de Joanna Russ, lo explica muy bien. Además, durante el franquismo se revisaron también las cosas del pasado, se quemaron libros, películas… 

¿Qué libro recomendarías para iniciarse en este universo?

Lo mejor es leerlas a ellas. A Magda Donato, quizá el de Así vive la mujer en España (o el de Reportajes, que es más fácil de encontrar). La editorial Renacimiento saca un montón de cosas de autoras de la época.

Hay también dos ensayos de ese momento sobre mujeres, el de Colombine de La mujer moderna y sus derechos y el de Margarita Nelken (hermana, por cierto, de Magda Donato, cuyo nombre real era Carmen Eva Nelken) de La condición social de la mujer en España. Hace poco Edhasa publicó una selección de artículos de la prensa de los veinte, Mujeres en primera plana, y también es muy interesante leerlos. Los escogió un periodista de ahora, Sergi Doria, y es ese mundo que asociamos a Nancy Mitford y otras autoras británicas. Que no estoy diciendo que Madrid fuese Londres y Galicia la campiña inglesa, pero no deberíamos olvidar que son tan dignas de interés como las de otros países.
Carmen de Burgos, «Columbine»

¿Crees que estamos cambiando y que estas autoras llegarán a los institutos o incluso, a lo loco, a la facultad de Periodismo?

Antes no desarrollé lo que me pasó con Magda Donato. Lo primero fue enfadarme, por qué nadie me había hablado de esta escritora. Que he estudiado Periodismo y tuvimos que leer algunos libros horribles; y otros buenos, pero casi todos de hombres. Supongo que cambiará, tiene que haber un relevo generacional y ahora hay más sensibilidad. Después fue la fase de querer contárselo a todo el mundo y al final asumir que esto es lo que hay. Y ahí seguimos, hablando de los «grandes maestros».
 

El botiquín 💊

En esta carta, las vitaminas culturales no son mías, son las que han mantenido a la entrevistada cuerda y feliz las últimas semanas:

📚 «El último libro que leí es The Adventures of Maude West, Lady Detective, de Susannah Stapleton (no está en castellano). La autora es una investigadora que todos los años se guarda una semana de su vida sin trabajar para sentarse en otoño, cuando llueve y hace frío, con una mantita, a leer novelas de misterio de la edad de oro del crimen. Un año no es capaz de concentrarse y descubre que es porque no quería leer a gente resolviendo crímenes, quería resolver ella misterios. Así que resolvió el misterio de quién era Maude West, que era la lady detective más importante del Londres de 1905 a 1939. Y es una figura real, había mujeres detectives (¡también las había en España!).

En castellano, recomiendo Memorias de un solterón, de Emilia Pardo Bazán. Es la más optimista, con Insolación, de las novelas de Pardo Bazán, es como una comedia romántica».

📺 «Fantasmas, de la BBC (está en Movistar). Es de esas series que necesitas a veces. Es una chica que hereda una mansión, lo que no sabe es que allí viven también unos fantasmas. Se muda con su pareja y los fantasmas deciden echarlos porque esa es su casa. Pero la chica se cae y el golpe hace que pueda verlos. Entonces llegan a un entendimiento. La serie es sobre la vida de esta pobre pareja con su familia de fantasmas». 

🎧 «El pódcast de Smart Bitches. Siempre hay que hacer proselitismo de la novela romántica. Suelen hacer entrevistas a autoras y a gente del mundo editorial y está muy bien».

Y el típico final de newsletter: si te ha gustado, reenvíala. O usa este enlace para compartirla o los iconos de debajo. Si te la han reenviado y te ha gustado, suscríbete. Si quieres hablarme de Magda Donato y de otras periodistas y escritoras olvidadas o quieres que le diga algo a Raquel, contesta a este email. Si no quieres más, desuscríbete. Oh, y gracias por estar por aquí y no ser fantasmas. En dos semanas volvemos con la programación habitual.
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