Saber programar es saber escribir
Cuando me explicaron por qué vuelan los aviones, a mí se me cayó un mito. Simplemente, la forma del ala bloquea el paso del aire por encima, y facilita el paso del aire por debajo, de forma que la atmósfera “succiona” el avión hacia arriba.
Pero eso significa que el equilibrio en el vuelo de un avión es muy frágil, y tal vez es mejor no hacer cosas demasiado complicadas con el software del piloto automático. Como le pasó al Boeing 737.
No puedes hacer programas informáticos de cualquier manera. Tienen que estar probados de múltiples formas, puesto que si algo tiene un sistema informático es que es complejo, y suele depender de la colaboración de mucha gente.
Hace unos días, tuve una conversación con un cliente, que fue programador en su momento, y me sugería copiar y pegar aquí y allá para evitar que los errores en una parte del programa afectasen a otra parte.
Es un argumento muy habitual en empresas tecnológicas: copia, pega, y entrega.
Como habrás adivinado, eso supone dos cosas: la primera es que pequeños cambios, como cambiar el color del fondo de la pantalla, requieren cambiar el programa en múltiples sitios: el de la página principal, el de la página de contacto, etc. Pero además, existe una diferencia entre copiar y escribir, y es que el que escribe entiende lo que está ocurriendo, y el que copia no.
Esta es una idea no muy extendida dentro del mundo digital, pero que para mí es lo que separa a los buenos de los malos: un buen programador sabe escribir bien, porque está habituado a entender lo que escribe.
Un escritor, mientras narra su historia, narra a la vez las herramientas que necesita. La personalidad de sus personajes no se desarrolla en un vacío, sino que se descubre poco a poco en la historia.
En un programa informático ocurre igual, y haciendo una analogía con los cuentos, la consistencia es esencial. Un personaje con multiples personalidades no es creíble, y un programa con inconsistencias es difícil de entender y desarrollar.
Copiar y pegar parece la manera más rápida de acabar un cuento, pero no tiene sentido hacerlo si quieres escribir una segunda parte. Si quieres acabar una buena novela, jamás debes poner al final “y fueron felices y comieron perdices”.
No, no es profesional copiar y pegar para un programador. Al final del día, un programa está pensado para sostener un negocio durante años, con lo que los pequeños cambios que vayan ocurriendo no deben destruir la obra, sino mejorarla.
Y tú, ¿cómo quieres crear tu obra?