Pantallas Planas
Si quieres una pantalla plana, no tienes más que pedirla. Están por todas partes; en los hospitales, en los aeropuertos, en los comercios, en las casas. Seguramente en la Cañada Real también hay pantallas planas.
Como recordarás, no siempre fue así. Las primeras pantallas planas eran carísimas. Tanto, que era una señal de poder económico, puesto que llegaban a costar lo que un coche de gama media.
A un mercado así, lo único que le podía pasar era que muchos fabricantes empezasen a montarlas, a innovar nuevos modelos, a buscar nuevos materiales, y a preparar nuevos procesos para vender más pantallas planas. Una vez que hay certeza de que la demanda existe, lo que tienes que hacer es invertir un dinero, montar un proceso de fabricación y venderlas.
Con la entrada de tanto fabricante, lo que ocurrió, naturalmente, fue que el precio de las pantallas planas cayó y cayó hasta el punto en que, ahora, todo el mundo tiene una. Nadie necesitó que forzasen artificialmente el precio a la baja, ni nadie consideró una injusticia que los precios de las primeras pantallas planas fuesen desorbitados y sólo para ricos. Sólo hubo que esperar a que una demanda enorme encontrase una oferta a la altura. Pasó con con el teléfono móvil, la aspirina, el ADSL, y no estabamos aquí cuando ocurrió pero también pasó con el coche, los productos congelados. Pasará, como pretende Elon Musk, que pase con los viajes espaciales.
A propósito, se me ha ocurrido una idea sobre cómo conseguir mascarillas para todos. ¿Quieres que te la cuente?