Los valores, a escala
Cuando una empresa crece tanto que duplica sus números cada año, es imposible para la gente que trabaja en ella transmitir los valores en los que se fundamenta a los nuevos. Si un programador es ascendido a jefe de producto, y de repente tiene a 5 personas a su cargo, contratadas ayer, es imposible que haya mucho mentoring. Imaginate el caso de Netscape, que pasó de 5 a 2000 programadores en un año. Su cultura era una ensalada de gente distinta con metas distintas sobre la empresa, todas tirando en distintas direcciones.
Para algunas compañías, las del modelo Amazon, es algo con lo que pueden convivir. Pero empresas como Ben & Jerry’s existen por y para llevar a cabo la visión de sus fundadores, que no iban a aceptar crecer más rápido que el ritmo al cual la cultura de su empresa pudiese propagarse.
Ahora bien, la cultura de tu empresa probablemente incluye una serie de técnicas acerca de cómo se hacen bien las cosas. Puede ser la manera en que se gestiona el envoltorio con el que se mandan tus productos, o puede ser el tono con el que se responde a cualquier duda en el email de atención al cliente, cosas así. No son cosas simples: tienen que aprenderse en un tiempo. Todo nuevo empleado debe imbuirse de esta serie de técnicas y enfoques, y debe transmitírselo alguien que lleva tiempo en la empresa.
Tan pronto como empiezas a crecer tan rápido que el mentoring es imposible, entonces esa transmisión de valores se rompe. Olvídate de que el envoltorio quede siempre bien, y olvídate de que el tono de conversación entre la operadora y el cliente sea consistente. Mucha gente confunde el distinto trato de los funcionarios del Estado en un sitio que en otro con corrupción, pero lo cierto es que es simplemente que no hay una transmisión de valores desde arriba. Cada palo que aguante su vela.