La cuarentena del consumo
Estos días hemos visto como la sociedad española ha dado el siguiente paso en la pirámide de Maslow. Si al principio nuestra preocupación era con lo esencial, como el papel higiénico, ahora nuestras preocupaciones son un poco más elevadas: el empleo, y las relaciones personales. Por eso nuestras demandas han ido de menos a más sofisticadas: de exigir el abastecimiento de comida a exigir poder salir a la calle a dar un paseo y ver a nuestros vecinos, pasando por exigir un subsidio al desempleo.
Para reactivar la economía, oímos, es necesario reactivar el consumo. El gasto. No es de extrañar que el gobierno permitiese la reactivación de la construcción y la industria mucho antes que cualquier otra actividad empresarial: es la herramienta estatal más potente para inyectar gasto público. Lo sabía Zapatero con el plan E, y lo sabe ahora Sánchez. Gastar, eso es lo que crea empleo.
Sin embargo, la mayoría de los españoles se ha pasado la cuarentena gastando: en Netflix, en Amazon, y en Facebook. Hemos perdido el enfoque de que, para salir de una crisis, nuestra contribución más importante son nuestras habilidades, y nuestro talento.
A corto plazo, debemos consumir. Es lo que da trabajo a los camareros. Pero, a medio plazo, debemos crear. Debemos inventar. Debemos realizar.
Te pido que hagas un esfuerzo: ¿hay algo que puedas crear por los demás, hoy?