Contrarreloj
Ben Cohen y Jerry Greenfield, dos amigos hippies de toda la vida, abrieron en 1978 una heladería en una gasolinera renovada en Burlington, EEUU. Lo hicieron después de haber terminado un curso por correspondencia sobre cómo hacer helados, y con unos 12,000 dólares (lo que da de sí el crédito de la tarjeta, supongo). No tenían en mente convertirse en una multinacional con una facturación de 200 millones de dólares, pero hubiera dado igual: se tenían que conformar con abrir esa pequeña heladería y, si salía bien, reinvertir los beneficios para expandir, de manera sostenida, su negocio.
Jeff Bezos lanzó su propia empresa en Internet en 1994, después de haber dejado su muy lucrativo trabajo en Wall Street. Para encontrarle un nombre, fue al diccionario, y buscó la palabra que le inspirase algo muy grande. No llegó a la letra B: el río Amazonas, el más caudaloso del mundo, estaba a la altura de sus ambiciones. No sería una empresa rentable hasta finales de 2001.
En la newsletter de ayer, distinguíamos el modelo de negocio Ben & Jerry’s, sostenido pero lento, frente al modelo de negocio Amazon, vertiginoso pero arriesgado. Las compañías como Amazon se dedican a crear un mercado antes de que llegue nadie más. Es por eso que cualquier medida que signifique ahorrar tiempo es bienvenida.
Y hay maneras muy divertidas de sustituir dinero por tiempo, a saber:
-
Pagar salarios exagerados, u ofrecer BMWs a los nuevos empleados como bonus de contratación. Así, las ofertas de empleo se cubren en 3 semanas en vez de en 6 meses.
-
Contratar a profesionales freelance en vez de a empleados. Cuestan 3 veces más, pero tal cual entran están en condiciones de ayudar, en vez de necesitar un proceso de aprendizaje.
-
‘Malgastar’ el dinero para solucionar problemas puntuales. ¿El nuevo programador no puede producir porque se está mudando a tu ciudad y le lleva tiempo solucionarlo todo? Contrata un servicio de mudanzas express para que lo haga por él. ¿No tiene la línea conectada en su casa todavía? Págale un número de teléfono con datos ilimitados y la máxima velocidad. Dales un servicio para lavandería, para su comida a domicilio, para mandarles una limusina al aeropuerto. Y así.
Las compañías Ben & Jerry’s no pueden hacer eso. Ahora bien, las compañías Ben & Jerry’s no tienen tanta prisa. Sus prioridades son otras.