Adaptarse a lo nuevo
Durante esta semana, he estado investigando más y más acerca de cómo las personas se adaptan a los cambios a su alrededor, y más concretamente a los cambios tecnológicos. Al hacerlo, descubrí algo que me tiene fascinado y quería compartir contigo.
Lo que me tiene fascinado desde hace unos días es un video de 30 segundos titulado El Beso, donde una pareja se besa ante la cámara. No tendría ningún tipo de interés si no fuera porque el que graba es Edison, el inventor del video, y el año es 1896. Para que te hagas una idea de lo antiguo que es, Filipinas seguía siendo española por aquel entonces.
Lo curioso del video, y lo que despierta mi entusiasmo, es que la escena es absurda: ella está de frente, pendiente de la cámara; él, girado hacia ella. El video son 30 segundos de una conversación que no se oye en la que él acaba por convencerla de que lo mire y le de un beso que, al final, se produce.
El marido está aburrido; seguramente llevan un rato sentados, y por eso se lanza a besar a su mujer. Ella está posando ante la cámara; mentalmente no están listos para entender que esto no es una foto.
Cómo nos relacionamos con la tecnología es tan importante cómo la propia tecnología. Es por eso que el primer coche del mundo se vendió al público como una locomotora de caminos, y tuvimos que prostituir el griego para inventarnos una palabra que lo describiera: automóvil.
Las personas necesitamos un periodo de adaptación para entender los cambios tecnológicos que experimentamos. Es por eso que Steve Balmer se reía ante la idea de que el iPhone tuviese futuro. "No atraerá ningún cliente porque no tiene teclado, lo que hace que no sea una buena forma de leer emails".
Como la mujer del video, no estaba preparado.