#4 Cuando NO usar la IA
Reflexiones sobre el uso adecuado de la IA.

El Equilibrio Necesario
Estos últimos días, mientras reflexionaba sobre mis sistemas y hábitos, he identificado patrones interesantes en mi uso de la IA. Constantemente busco formas de integrarla en mis tareas, pero también me he dado cuenta de que hay momentos en los que es mejor desconectar de ella.
La IA es poderosa, pero no siempre adecuada. Hay procesos que requieren introspección y un enfoque humano para mantener nuestra creatividad y esencia. Hoy quiero compartir contigo mi perspectiva sobre cómo y cuándo uso la IA en uno de mis procesos más importantes: escribir. También te hablaré de los momentos en los que decido apartarla para dar prioridad a métodos más personales y reflexivos.
Mi objetivo no es ofrecerte una guía completa sobre el uso de la IA para escribir, sino inspirarte a reflexionar sobre tus propias áreas de trabajo e identificar dónde esta tecnología aporta valor y dónde es mejor confiar en ti mismo para lograr un impacto más auténtico y efectivo.
Escribir con IA: Cómo aprovechar su potencial sin perder tu voz
La IA es una herramienta increíblemente útil para escribir, desde proyectos profesionales hasta una carta a algún compañero de trabajo. Sin embargo, su utilidad varía según el proceso. Aquí te enseño algunos ejemplos de cómo la uso yo.
Cosas en las que uso la IA para escribir:
Investigar
Me encanta investigar sobre diversos temas, y la IA es una gran aliada para esto. Ya sea explorando artículos, libros o cualquier otro recurso, tener la IA como compañera de discusión me aporta nuevas ideas y enfoques valiosísimos. Es un amplificador de creatividad que enriquece mis perspectivas, ayudándome a descubrir conexiones inesperadas y ampliar los límites de mis pensamientos.
Suelo lanzar preguntas amplias para mi investigación y luego las ajusto según las respuestas que recibo. Este enfoque iterativo me permite profundizar en los temas, y desarrollar una comprensión más amplia y matizada de lo que estoy investigando.
Refinar mis borradores
No me refiero a usarla para corregir faltas ortográficas (por muy bien que lo haga), sino para mejorar la claridad y estructura de mis textos. Si bien nunca tomo sus sugerencias sin filtro, la IA me ayuda a condensar ideas y hacer mis escritos más amenos. Es especialmente útil cuando quiero simplificar sin perder profundidad.
Por ejemplo, cuando un párrafo se siente sobrecargado, le pido a la IA que lo simplifique, manteniendo su esencia. Luego, reviso y ajusto cada sugerencia para asegurarme de que el mensaje conserve mi voz y estilo, es imprescindible que algo resuene conmigo antes de compartirlo.
Nota: Pongo este ejemplo precisamente porque extender demasiado mis textos es uno de mis mayores problemas. La simplicidad es elegancia, y estoy en busca de ella.
Generar ideas
Utilizo la IA para ampliar mi perspectiva al generar ideas. Por ejemplo, para esta newsletter, alimento a mi modelo personalizado con entradas anteriores y borradores, con lo que recibo sugerencias alineadas con mi estilo y temas recurrentes. Aunque aún estoy construyendo este material, confío en que con el tiempo se convertirá en un valioso aliado para reflexionar y crear.
Lo que más valoro es cómo la IA puede fomentar mi creatividad en momentos en los que me siento estancado. Al interactuar con ella, a menudo surgen ideas que no habrían nacido de otra manera, ayudándome a ver los problemas desde ángulos nuevos.
Cosas en las que NO uso la IA para escribir:
Escribir mis borradores
Cuando escribo, siempre empiezo por conectar con el mensaje y el propósito que quiero transmitir. Esta fase inicial requiere de introspección y claridad de pensamiento, algo que ninguna herramienta puede replicar por más sofisticada que sea. En este momento, prefiero estar solo con mis notas.
Este proceso es irremplazable porque, al final, soy yo quien quiere transmitir un mensaje, y si quiero transmitir un mensaje, tengo un motivo detrás, un propósito. Hasta ahora, la IA no puede meterse en mi cabeza para saber qué quiero decir, así que tengo que ser el director de orquesta en este proceso.
Este es un proceso personal y único. Implica explorar mis pensamientos y emociones sin interrupciones, dejando que las ideas surjan y se conecten de forma auténtica y natural.
Generar ideas de manera orgánica
Aunque la IA es útil para hacer brainstormings, hay momentos en los que la creatividad necesita espacio. Salir a caminar, respirar, desconectar y dejar que las ideas fluyan de manera natural es una práctica insustituible.
En mis paseos suelo llevar conmigo algún dispositivo para capturar pensamientos (digo dispositivo para que suene más misterioso, pero suele ser mi teléfono móvil). Estos paseos conmigo mismo son esenciales para desbloquear ideas que no surgirían de otro modo.
La magia de estas ideas orgánicas radica en que suelen estar conectadas con mis emociones y experiencias más profundas, algo que la IA no puede replicar. Son momentos en los que mi mente tiene libertad para explorar sin presiones ni filtros externos.
Aunque últimamente, he encontrado un profundo valor en usar la versión de voz de chatGPT puntualmente para ir charlando sobre las ideas que se me ocurren en mis paseos o temas que me preocupen. Le digo que tome roles de gente a la que admiro o que sea experta en el tema a tratar.
Encontrar el equilibrio
Al final, el verdadero arte de trabajar con IA no es depender de ella, sino encontrar ese equilibrio en el que potencia nuestras habilidades sin opacarlas. La IA es una herramienta poderosa, pero nuestra capacidad para discernir cómo y cuándo usarla es lo que marca la diferencia.
En este año que recién está empezando, mi objetivo es seguir perfeccionando este equilibrio, no solo en la escritura, sino en todas las áreas de mi vida. Porque, como cualquier herramienta, la IA es tan valiosa como la intención y el criterio con los que la utilicemos.
¿Y tú? ¿Cómo equilibras el uso de la tecnología en tu día a día?
Justo ahora me voy a dar un paseo para seguir reflexionando sobre estos temas. Ya veremos si hoy me acompaña la IA o no.