#3 Elige tu Tarta: Sobre la Abundancia

El Empacho de Información: Cómo la Abundancia Digital Nos Está Dejando Vacíos
Estas épocas de fiestas navideñas me han hecho reflexionar sobre la abundancia. No sé cómo será en tu país, pero aquí en España tenemos la famosa cabalgata de los Reyes Magos. Carrozas temáticas desfilan por las ciudades, llenas de personajes de películas, videojuegos y, por supuesto, las estrellas de la noche: los tres Reyes Magos, Melchor, Gaspar y Baltasar.
Desde estas carrozas, los Reyes y sus acompañantes lanzan caramelos a la multitud que se agolpa a los lados del recorrido. Y aquí es donde entra lo interesante: no solo los niños compiten por recolectar caramelos, también lo hacen los adultos. Personas de todas las edades se lanzan al suelo con entusiasmo, como si cada caramelo fuese un billete. Es un momento de ilusión, claro, pero también es un reflejo de algo más profundo: nuestra naturaleza acumuladora.
Acumular por acumular
Como amante del coleccionismo, entiendo perfectamente el impulso de acumular. Recolectar nos da una pequeña dosis de dopamina, esa sensación de logro instantáneo que desaparece tan rápido como llegó. Pero la acumulación indiscriminada tiene un problema: nos quita el foco de lo que realmente importa.
Muchos de esos caramelos, al igual que los pines o los bolígrafos que regalan en los stands en congresos o ferias, terminan en la basura. Son efímeros, sin propósito real. En el mundo digital, esta misma dinámica se repite constantemente: nos ofrecen todo tipo de información en distintos formatos: videos, PDFs, guías y cursos que descargamos emocionados, solo para dejarlos olvidados en alguna carpeta.
La paradoja de la elección
Este mismo fenómeno suele ocurrir en las mesas de Navidad de miles de hogares. En mi familia, solemos preparar comida como para alimentar a un ejército. A veces, incluso tenemos dos tartas.
Tener dos tartas puede parecer bueno, pero si te gustan ambas, puede ser problemático. Es algo que te obliga a elegir, y cuando eliges, acabas pensando en si habrás elegido bien, o en cómo estará la otra. En cambio, si solo hay una, puedes centrarte en ella y disfrutarla plenamente, sin pensar en las miles de tartas de otras mesas navideñas que no puedes probar, porque no están a tu alcance.
Esto es lo que ocurre cuando tenemos demasiadas opciones: la abundancia nos abruma y, paradójicamente, nos deja menos satisfechos. Este fenómeno, conocido como la paradoja de la elección, se aplica también al mundo digital.
La sobrecarga digital
En el mundo físico, los caramelos y las tartas son tangibles; este exceso tiene límites. En el mundo digital, sin embargo, la abundancia es infinita. Tenemos acceso a una cantidad ilimitada de información, herramientas y recursos, pero eso no significa que podamos aprovecharla toda. De hecho, cuanto más acceso tenemos, menos valoramos lo que tenemos a mano, y esto se traduce en menos impacto positivo en nuestra vida.
Antes, adquirir información era costoso, y no solo económicamente. Por ejemplo, si querías aprender sobre meditación, tal vez tenías que viajar a un monasterio e intentar convencer a los monjes para que compartieran su conocimiento. Hoy, puedes acceder a videos gratuitos impartidos por expertos desde la comodidad de tu cama. Es maravilloso, pero también problemático: cuando la información es abundante y gratuita, dejamos de percibir su valor real.
Gestionar en lugar de acumular
En esta era de empacho digital, la verdadera habilidad no es recolectar más información, sino gestionarla. Se trata de:
Priorizar: Identificar lo que realmente importa y descartar el resto. No todo lo que es gratis vale la pena. Podrás priorizar de manera más efectiva si te detienes a analizar tu situación actual y hacia dónde quieres ir antes de recolectar información.
Filtrar: Aprender a distinguir entre lo relevante y el ruido. No todo recurso "valioso" será útil para ti. Esto está relacionado con el primer punto, y puedes lograrlo mejor si tomas nota de los motivos por los que deseas consumir esa información o utilizar esa herramienta. (En futuras ediciones, compartiré mi set de filtros para manejar esto).
Aplicar: La información solo tiene valor si la utilizas. Es mejor implementar una idea que acumular cien sin llevarlas a cabo.
En el mundo de la IA, saber manejar el exceso y la abundancia es especialmente importante. Hay infinitas herramientas, frameworks y datasets, pero intentar usarlo todo solo terminará por agotarnos. En lugar de coleccionar modelos y herramientas, céntrate en lo fundamental para ti.
Disfruta de tu elección
Ya sé que no es fácil. A mí también me cuesta, y cada vez que sale una nueva herramienta de IA o cualquier otro avance, soy el primero en querer probarlo. Me tienta experimentar con distintos modelos, pagar por herramientas y aprender a explotarlas. Obviamente, aquí entra en juego el FOMO (miedo a perderse algo). Pero en los últimos meses he descubierto que es mucho más gratificante enfocarse en un conjunto reducido de herramientas al que realmente puedas sacarle valor.
Está bien conocer las herramientas disponibles y, especialmente, saber dónde encontrar información o soluciones cuando las necesites. Pero de nada sirve abarcar todo, porque no aplicamos bien, no nos enfocamos y no disfrutamos.
En un mundo saturado, la simplicidad es poder. Una buena tarta o una herramienta bien elegida siempre tendrán más impacto que una mesa abarrotada de opciones mediocres, no por la calidad de las opciones, sino por nuestra capacidad de sacarles provecho. Lo mismo ocurre con la información: menos es más, siempre que sea relevante y aplicable.
Y tú, ¿qué caramelos estás recolectando en tu vida digital? ¿Son valiosos o simplemente los acumulas por el placer momentáneo de tener más?
Porque, al final del día, no se trata de cuántos caramelos tienes, sino de cómo los disfrutas.